Los estudiosos del cerebro humano afirman que la mente procura borrar los momentos ingratos de la vida. Quizás las festividades de fin de año, para unos Navidad, otros Hannukah y otros más el año nuevo, tienen algo en común: Olvidar los sinsabores transcurridos a lo largo de los once meses anteriores y en una forma de autoengaño, pensar que el ciclo anual que comienza habrá de deparar lo que no se tuvo, lo que se aspira tener y lo que deseamos retener.
Cobrar conciencia de estos aspectos nos puedes ser más útil para vivir con los pies en la tierra y rechazar la evasión como una forma de subsistir. La vida debemos disfrutarla plenamente, los 365 días del año, con sus 24 horas.
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