Aunque se llamen desconcertados o en estado de “shock” los opinadores de los medios de comunicación ante el triunfo electoral de Trump y las casas encuestadoras cada día confirmen que sus previsiones siempre se equivocan, el hecho es que al momento de “votar”, Primitivo siempre gana.
¿Quién es Primitivo?
Primitivo es la parte más rústica de nuestro cerebro (hipotálamo y amígdala), es el portero de todas los impulsos nerviosos que llegan al encéfalo. Es hiperactivo para bloquear la información, manipularla y retrasarla, por eso cuando llegan los mensajes con Racional, en muchas ocasiones es ya demasiado tarde.
Primitivo se aprovecha de los miedos, refleja los instintos reptilianos, abusa de la ignorancia e infunde los argumentos más irracionales que la mente pueda tener. La natural candidez de las personas es aprovechada por Primitivo cuando se trata de elegir. Por eso vemos las campañas de “miedo”, odio inducido y de lugares comunes para atrapar a los votantes que están acostumbrados a no usar su parte Racional del cerebro.
Imagínese a una pareja de edad media o avanzada, sentada frente al televisor por muchas horas, atragantándose de alimento chatarra y lo más probable el varón deglutiendo cervezas en dósis de “six pack”. El salón de estar oscuro, centellando los estímulos liumínicos de la pantalla gigante de plasma, el volúmen altisonante de los locutores y las transmisiones deportivas interminables. Evidentemente el sedentarismo consetudinario de la pareja se refleja en sus carnes desboradadas, lalanta encima de llanta, jadean por su repsiración entrecortada, se voltean a ver de pronto y se preguntan mutuamente: “¿Por quién vas a votar?”
El hombre contesta: “Yo por Trump (cámbienle el nombre pongan Calderón, Fox, Peña Nieto o el candidato más vivillo que ofreció mucha estabilidad y señalo al enemigo como peligroso), eso me garantiza que el país salga adelante”.- Ahí Primitivo ya lleva la delantera.
La mujer responde: “¿Te acuerdas que me encuestaron? Te confieso, mentí. A mi me da miedo que nos vayan a fichar y luego el que gane se vengue de nosotros, por eso dije que votaría por el candidato que apoye el gobierno… pero la verdad no sé por quién votar”—Aquí Primitivo ya metió el pie en la puerta, es cuestión de que el impulso de la mano de la mujer marque la casilla que el marido ha pregonado es buen candidato o que vacile y marque la casilla que le hace sentir que todo seguirá igual o mejor, es decir lo más conservador posible.
Primitivo ganó en la Alemania Nazi, en la España Franquista, en el Chile de Pinochet o la Argentina de Macri. Hoy Primitivo ganó en USA porque la experiencia de darle el voto a un “prietito en el arroz” o en este caso a una mujer es mucho más peligroso que dejar la ilusión reptiliana de convertir al país en un tanque que aplaste a la humanidad pero nos haga sentir otra vez que vivimos en “America the great”. A Racional todavía no le cae el veinte.
Si me preguntas por qué Primitivo arrebata y si no roba, hace trampa o entra por la puerta de atrás, solo puedo responderte que es el “miedo” que induce Primitivo lo que logra que la humanidad siga sin evolucionar. Y Racional espera prudentemente para evitar sentirse violento.
Deja una respuesta