El reino vegetal ha estado en confinamiento las últimas décadas. Se ha aislado de nuestra vida cotidiana.
En la historia de la humanidad, las plantas han sido sumamente trascendentes para la vida humana. Era muy común el llamado huerto familiar que existía en las casas. Hoy en día si visitamos algún museo que hubiese sido convento o monasterio invariablemente encontraremos que tenían una huerta.
Todavía en las pequeñas poblaciones encontramos personas de avanzada edad que saben los nombres de las plantas y los beneficios que cada una de ellas tiene.
En mi caso personal tuve la oportunidad de contar con un padre al que le gustaba la botánica y aprendí el nombre de muchas plantas. Generalmente todas las personas con las que trato desconocen las características de la mayor parte de las plantas que están en su jardín o en el camellón de su calle.
Es fascinante ver que en los primeros tiempos de los seres humanos ya como Homo sapiens sapiens, las plantas nos solo constituyeron una fuente primordial de su alimentación sino que también crearon un vínculo muy especial en su habitat, tan es así que se le denomina “domesticación” a esa relación de convivencia. Es decir, que las plantas y los humanos nos adaptamos a convivir en nuestro hogar (domus). De ahí que vemos que el maíz, jitomate, frijol, cacahuate, amaranto, calabaza, chayote, lechuga e infinidad de plantas y vegetales fueron domesticados para producir el diario alimento de los clanes, tribus y familias.
Por otra parte, los seres humanos fuimos descubriendo las bondades medicinales de las plantas e inclusive, supimos diferenciar aquellas que son venenosas y altamente peligrosas para nuestra salud.
Infinidad de hombres de ciencia –desde los tiempos antiguos–, fueron describiendo las propiedades medicinales de las plantas, flores y semillas, como fue el caso de Linneo que clasificó a los tres reinos de la Naturaleza a partir de su “Systema Naturae”.
Sin embargo han habido tiempos oscuros en donde se prohibía el estudio de las plantas, su posesión o su cultivo. Asociándolos a la brujería o al satanismo.
Tal es el caso de la prohibición que hicieron algunos sacerdotes españoles sobre la recién descubierta en América: La “PAPA” (patata) que fue llamada la raíz diabólica y considerada alimento del averno.
En la edad media se prohibieron los perfumes y hierbas aromáticas porque incitaban a la lujuria y el pecado. Todavía hoy en día la amapola y la mariguana son plantas prohibidas y estigmatizadas, aún cuando la ciencia ha demostrado que el uso de los opioides en la anestesiología y de los extractos derivados de la mariguana tienen utilidad para la epilepsia y el parkinson.
Es impresionante el papel que desempeñan las plantas en la elaboración de los medicamentos. Muchísimas medicinas están elaboradas a base de plantas que son culivadas y transformados sus elementos puros en extractos de forma estandarizada. La belladona, el alcanfor, el floripondio, romero, etc. son solo algunos de los ejemplos más populares.
Las primeras formulaciones de anticonceptivos tienen sus orígenes en las regiones selváticas de Tabasco donde los pueblos originarios utilizaban el barbasco para evitar la concepción. En los laboratorios Syntex de la Ciudad de México se logró sintetizar la primera fórmula anticonceptiva de la época moderna a partir del barbasco.
Todavía los médicos que estudiaron en la facultad de medicina en los años 40,50 y 60 aprendieron las fórmulas galénicas o fórmulas magistrales donde combinaban minerales con plantas para tener medicamentos que se confeccionaban en las casi extintas boticas.
En los patios de las casas se tenían una serie de hierbas medicinales plantadas en macetas o botecitos de hojalata. La más popular es la camomila o manzanilla que se utiliza como remedio no solo para molestias estomacales sino que es muy útil para lavar los ojos irritados y con infecciones leves.
Por ejemplo, el “epazote de zorrillo” es una hierba cuya infusión al hervirse despide un olor semejante al zorrillo pero que al ingerirse en forma de té no tiene desagradable sabor y fue la forma como mi madre logró superar su asma crónica. Es sorprendente el mágico poder de las plantas.
Mi padre conoció a un chamán o hierbero en la zona caliente del estado de Morelos y un buen día le llevó para mostrarle dónde encontrar “el zapatito de la virgen”. Esta planta medicinal tiene propiedades curativas dependiendo del clima y la lluvia de cada año. Si el clima estuvo adecuado, el “zapatito de la virgen” servirá como cura definitiva del alcoholismo pero si no tuvo las condiciones climáticas adecuadas, matará al paciente que pretenda eliminar el vicio consuetudinario del alcohol.
En el sureste mexicano muchas empresas farmacéuticas hacen investigaciones de la sabiduría ancestral sobre el poder terapéutico de las plantas.
Es una pena que en las nuevas generaciones no exista la curiosidad por conocer los diferentes tipos de plantas, sus nombres, propiedades y modo de cultivarlas. Es fascinante el legado que poseemos pero es triste ver que cada día nos aislamos del mundo vegetal y perdemos la capacidad de asombro ante el poder mágico de las plantas.
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