Ahora que andan sacudiendo la atención pública en México con respecto al matrimonio, me acordé que en alguna ocasión leí que el origen del matrimonio –como hasta hace poco se le concebía–, fue en el siglo IV dC. Cuando se empezó a reglamentar y a practicar. Su razón de ser –según esa fuente que para no mentir, no puedo citar—fue un concordato entre un Papa católico y un rey. Enfrentados a una crisis económica, el rey en cuestión no juntaba suficientes impuestos y la iglesia católica se quejaba de que escaseaban sus ingresos por concepto del diezmo. La razón era lógica: Los hombres andaban a salto de mata fertilizando mujeres a diestra y siniestra. Las dejaban preñadas, llenas de hijos y se buscaban una moza en otro pueblo. ¿Así cómo podrían cobrarles impuestos y diezmos?
Para aquellos que practican el catolicismo, encontrarán que en el juicio y muerte de Cristo, en ningún lugar aparece la supuesta figura de su padre (José, el carpintero). Esto se debe a que en esos tiempos, los judíos practicaban la poligamia, es decir, tenían muchas mujeres. Y si no, a la biblia se remitan.
Es entonces que en el siglo IV dC. , en pleno medioevo se acuña la palabra matrimonium y se utiliza como sinónimo de cónyuge. Su origen etimológico es posterior al derecho romano.
También en el siglo IV a.C., San Agustín escribe en La Ciudad de Dios (1) sobre el matrimonio. Casey dice sobre San Agustín: “… y elabora una doctrina de la conveniencia de no casarse con parientes próximos, porque así se limitaban los lazos sociales del clan, e impedía un intercambio social más amplio. En la Ciudad de Dios (cfr. ed. 1945) defiende la exogamia no sólo para que se multipliquen los lazos de parentesco, sino también en función del sentido de decencia misterioso e intrínseco que inhibe la lujuria carnal en los hombres y mujeres cuyos caminos se cruzan a diario.
Esto nos está indicando la valoración de las uniones exogámicas fuera del grupo de parientes, y la preocupación por el incesto entre el grupo doméstico. Tanto es la valoración que la Iglesia otorga a la consanguinidad, que en sus inicios prohíbe los matrimonios hasta el séptimo grado de parentesco, tanto por línea paterna como materna, y con el Concilio Lateranense de 1215, se rebaja al cuarto grado de consanguinidad .“(6).
“Las primeras leyes del matrimonio civil aparecen en los Países Bajos en 1580 y en Inglaterra en 1653. En algunos países occidentales el matrimonio civil no ha sido reconocido hasta fechas relativamente recientes. Chile lo reconoce desde 1884 y Argentina, desde 1888… algunos estados que han adoptado el matrimonio civil no reconocen las uniones conyugales realizadas bajo las normas religiosas, otros las reconocen como opción con validez jurídica equivalente al matrimonio civil. En contraparte, las religiones no suelen reconocer el matrimonio civil como una forma de unión conyugal acorde con sus preceptos”. (2)
Según varios expertos, los matrimonios se pueden clasificar por sus orígenes legales o religiosos: Matrimonio Civil y Matrimonio Religioso (esto no debe excluir a ninguna religión, aunque algunos arzobispos pretendan clasificarlas como sectas. Secta es corte, división, por ejemplo el Catolicismo es una secta del cristianismo, que a su vez fue una secta originada del judaísmo, etc.)
Los tipos de matrimonio más comunes a lo largo de la historia son: Infantil, por consentimiento, por poder, concertado, de convivemcia, forzado, por secuestro por compra, monogámico, endogámico e hipergámico y poligamia, por orientación sexual y de identidad de género, a prueba (servinakuy), amasiato, etc.
Al 3 de septiembre de 2016, dieciocho países y varios estados de México, Escocia, Gales e Inglaterra legislaron para permitir casarse a las parejas del mismo sexo.
Stephanie Coontz sostiene que: “… en el matrimonio fue predominante la idea del interés compartido por los cónyuges, y sus deudos, hasta que en el siglo XVIII se empezó a pensar en Europa y en América que el enamoramiento debía ser la razón principal para casarse”. (3)
Ya en el siglo XVI, con el Concilio de Trento, y posteriormenteen el siglo XVIII, la iglesia católica impulsa el establecimiento del orden social rígido, patriarcal y jerárquico, que se le dio al matrimonio. Fue una forma de diluir el predominio del matriarcado que desde los orígenes de la humanidad ha sido la forma parental más común.
Hoy, en plena crisis de credibilidad –salvo sus raras excepciones como el mismo Papa Francisco lo ha reconocido—el respeto a las diferentes preferencias sexuales es inminente. Solo la Iglesia católica en México y de agunos otros países, se aferra al concepto de que sólo el matrimonio natural es el de un hombre y una mujer.
Lo insólito de esta historia es la ignorancia de lo que argumentan unas supuestas uniones de padres de familia (cuyos dirigentes, en la mayoría son personas en edad avanzada o en el climaterio, que tuvieron hijos hace 30 o 40 años). Estos grupos alborotan a los filigreses y los escandalizan para que rechacen el avance en el respeto fundamental de los seres humanos, acusando de antinatural lo que debajo de las sotanas, han venido consintiendo en lo oscurito. ¿O de que otra forma podrían explicarnos la pederstia, el celibato y las ódrenes monacales que se ostentan como “las esposas de Cristo”?
Nuestra sociedad debe de transitar en el respeto y en el conocimiento. La historia del matrimonio es muy interesante para explicarnos que la humanidad se ha ido transformando y que debemos buscar el entendimiento o comprensión así como seguir los preceptos de respeto que la mayoría de las ideologías civilizadas impulsan.
Bibliografía
(1), Agustin La Ciudad de Dios.
(2). (5)Wikipedia
(3) Coontz Stephanie Historia del matrimonioGedisa. Barcelona, 2006.
(4) Hipp T. Roswitha, Orígenes de matrimonio y de la familia moderna, Revista Austral de Ciencias Sociales 11:2006, Chile.
(6) Casey, James. Hisptoria de la Famila, Espas-Calpe, 1990. Madrid.
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