Día del Chamaco

En nuestro país se estila celebrar el 30 de abril como el día del niño. Frecuentemente en el habla cotidiana escuchamos la palabra “chamaco” para referirse a los niños.  Se exteriorizan frases como: “Déjalos, aún están chamacos”, “Son muy traviesos es que son chamacos”.  A veces también se refiere uno como: “Era yo muy chamaquito” en relación a la edad.

La palabra viene del nahuatl: Chamacoatl.

Significa el niño que aún no tiene definido su sexo o su papel en la sociedad. Para los Mexicas, los niños (no importando fuesen varones o mujeres) eran considerados como asexuados y al ser chamacoatls debían permanecer con las mujeres para su crianza.

 

 

 

Generalmente tenían a los chamacos en el hogar, donde preparaban los alimentos, en las cocinas de esas viviendas o se les permitía jugar en los patios . En compañía de las madres, abuelas y otras mujeres, esperaban la edad de 13 años para mediante una ceremonia, asignarles sus funciones y obligaciones.  A partir de los 13 años eran ya considerados hombre o mujer.  Las tareas u oficios dependerían del linaje y el estamento social. Podían ser enviados a los colegios dependiendo del rango familiar (el calmecac era el centro educativo para la élite y el telpochcalli o casa de los mancebos era el lugar a donde iban los hijos del pueblo).  Los plebeyos que iban al telpochcalli se preparaban para oficios, para la guerra y generalmente su oficio correspondía a la actividad que realizaban sus padres o abuelos.  Los hijos de los nobles se preparaban para ser caballeros águila o caballero tigre, así como la iniciación al sacerdocio en algunos casos. Las edades para ingresar a esas escuelas oscilaba entre los 14 y 15 años. Al finalizar su instrucción ya podían contraer matrimonio.

Como mencionamos, el cambio de chamaco a joven o jovencita que era a partir de los 13 años obedecía a los caracteres sexuales secundarios. Esto lo veremos muy semejante en las culturas judías con el Bar Mitzvá y su derivación cristiana con la primera comunión y la confirmación donde se asume que ya el niño es joven y es “pecador”.

Así que celebrar el día del niño es asumir que los “chamacos” pueden dar rienda suelta a sus juegos, disfrutar de golosinas y ser consentidos porque aún siguen siendo menores y no son responsables de sus actos, pero eran y son severmente castigados. Una contradicción conductual.

 

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