Una de las grandes enseñanzas que nos da la vida es que nacemos para aprender, vivimos aprendiendo y en determinado momeno debemos aprender a aceptar que somos finitos y podemos morir en cualquier momento.
Las formas que comúnmente asociamos del aprendizaje es con la educación formal que se nos da en las escuelas pero nuestro aprendizaje comienza desde el primer día de nacidos. Y seguiremos aprendiendo queramoslo o no a lo largo de todos los días. En determinado momento se nos envía a las escuelas y creemos que eso es lo único que vale la pena, el aprendizaje académico pero no es así.
La realidad es que aprendemos cada uno de nosotros de forma diferente y en espacios diferentes. La confusión empieza con la idea de que uno debe sacar buenas calificaciones, tomar apuntes y aprobar el ciclo escolar. También se tejen mitos de que una persona es más inteligente que otra. La evolución en el área de la psicología cada día demuestra que la inteligencia no se puede medir, que existen muchos tipos de inteligencia que van desde la inteligencia emocional (David Goleman) hasta la Multiplicidad de inteligencias (Howard Gardner).
Gracias a estos avances se ha eliminado el concepto de “burro” o tonto con los que se etiquetaban a los niños, se les exhibía en el rincón del salón de clases e inclusive se les ponía un gorro con orejas de burro. Era humillación tras humillación la que se les daba. Calificaciones con tinta roja y estrellitas para los aplicados que memorizaban los conceptos.
Muchos de los que egresaban de las escuelas y universidades con grados de excelencia terminan siendo personas fracasadas en su vida laboral, social o emocional. Otros que eran señalados como deficientes logran destacadas posiciones en las ciencias, los negocios o el arte.
Uno de los primeros cambios que deben tener todos los sistemas educativos y todas ls materias que se impartan en las escuelas es que deben despertar la emoción de aprender en el individuo. Lograr que se apasionen por los temas y las instituciones deben estar conscientes de que es la emoción la puerta de entrada para la razón y el pensamiento racionalizado.
Las neurociencias nos han enseñado que es fundamental la plasticidad neuronal para mantener nuestro aprendizaje y para que nuestro cerebro no envejezca tan rápido.
Con la pandemia nos hemos visto forzados a cambiar las formas de llevar a cabo reuniones de trabajo, convivir con familiares y especialmente con la educación formal. Estudiar hoy en día representa un gran reto de aprendizaje con la irrupción de las nuevas tecnologías que nos exigen re-interpretar los métodos de enseñanza.
Alguien dirá: “Yo hace mucho tiempo que dejé de estudiar por lo que ya no me siento capaz de aprender algo nuevo” y los neurocientíficos le responderían: “Cada día que ud. se niegue a cambiar sus rutinas , se niegue a aprender y a tener curiosidad de descubrir cosas nuevas, estará asesinando a las neuronas de su cerebro”.
Unos prácticos consejos para estimular su plasticidad neuronal:
- Cada día cambia tus rutinas. Desde bajar de la cama, cepillarse los dientes y bañarse, uno debe modificar los hábitos mecánicos.
- Busca combinar de forma diferente tus prendas de vestir.
- Modifica los menús de desayuno, comidas o cenas. Imprime creatividad a esos eventos.
- Escucha música de diferentes géneros, aún de los que te disgustan.
- Ve imágenes distintas, revistas o libros de estampas y cuando ya puedas salir del confinamiento visita museos. Ten variedad en tus programas de televisión.
- Modifica tus tiempos de lectura y los mismos temas de lo que acostumbras leer.
- Ten un pasatiempo diferente.
- Haz variaciones en tus actividades de fin de semana.
- Frecuenta alos amigos o parientes que olvidaste.
- Evita estarte quejando o repitiendo los temas de siempre en política, religión o en las incomodidades que padeces en tu vida cotidiana.
- Procura reír y sonreír mucho.
- Cuando puedas abraza a quienes quieres y “apapáchelos”.
Deja una respuesta