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¿A dónde se van las ilusiones?

Todos sabemos lo que significa para nosotros una ilusión.  Las empezamos a tener desde pequeños.  Las acariciamos en nuestros sueños y nos emocionamos al pensar en ellas.

Los diccionarios las definen como un concepto o una imagen que surge por la imaginación, que generalmente es fruto del engaño de los sentidos pero que no es una realidad comprobada. El término viene del latín illusio y se podría considerar como una distorsión de nuestra percepción. Se asocia con los espejismos o las ilusiones ópticas. Si buscamos en la psicología, encontraremos que la ilusión es una esperanza que no tiene fundamentos racionales.

Pero la vida no son las enciclopedias, diccionarios o las etimologías. La vida es una gran oportunidad que se nos da para aprender, vibrar, disfrutar conocer y amar. La vida no tendría sentido si los seres humanos no tuviésemos la capacidad de imaginar y de poder crear con nuestra mente una ilusión.

Seguramente vendrán los argumentos “amargados” a decirnos que somos ilusos los que tenemos o abrigamos una ilusión. Se equivocan. En gran parte de nuestras vida habremos de fabricar ilusiones que tendrán un final feliz convirtiéndose en realidad.

Les pongo algunos ejemplos:

El muchacho que con gran dificultad pudo estudiar a la vez que trabajar para mantenerse y tenía la ilusión de llegar a ser Médico. Un buen día, lo logró y fue un extraordinario doctor en medicina.

La chica que tenía la ilusión de casarse con el joven que conoció en su pueblo y que la tenía cautivada. Sus padres se oponían a ésa relación, sin embargo ellos se veían en secreto en una huerta y finalmente se casaron.

Y como estos ejemplos, hay en cada una de las personas que conocemos infinidad de ilusiones que se tornan en realidades. Tampoco dudo que muchísimas de las ilusiones en determinado momento se esfuman y no logran concretarse. Lo importante es que a lo largo de nuestras vidas mantengamos la capacidad de ilusionarnos, emocionarnos con ella y luchemos por alcanzarla.

¿Pero a dónde se van las ilusiones? Estoy convencido de que todas las ilusiones que generamos llegan en determinado momento a un camino donde se bifurca el sendero. De un lado se puede ir la ilusión y llega, con muchos efuerzos pero gran entusiasmo, a convertirse en realidad. El otro sendero lleva inexorablemente a la ilusión a una especie de limbo en donde no se materializa y quizás produzca un poco de frustración. De lo que sí debemos estar seguros es que aunque ésa ilusión no se concrete siempre habrá de dejarnos algo de positivo y sus gratos reecuerdos, las emociones o vibraciones que nos sacudieron mientras abrigábamos alguna ilusión, se habrá de almacenar en un lugar muy especial de nuestra memoria.

 

 

 

 

 

 

Te invito a que tomes una hoja d papel y con un lápiz anotes en una columna las diez más grandes ilusiones que has tenido en tu vida y en paralelo, en la otra columna anotes si se vieron realizadas dichas ilusiones y aquellas que no se realizaron debes poner el aprendizaje positivo que obtuviste de ello.

Descubrirás que todas las ilusiones merecieron ser vividas y que contribuyeron a hacer de tu vida una experiencia permanente de la agradable sensación de ser feliz.