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Las fechas

DSC_0107Inventamos días, algunos nos los heredan.
Ponemos fechas para cumplir compromisos.
Celebramos fechas que nos hacen convivir con quienes amamos.
Guardamos en el alma las fechas de aniversarios,
Olvidamos fechas que nos ponen tristes o deprimidos.

En la escuela nos obligan a memorizar fechas.
Hay calles que por no tener otra razón de ser les ponen por nombre… fechas.
Nos abandonamos en ciertas fechas para holgazanear y decir que son vacaciones.
En cambio, hay otras fechas que son para empezar la escuela o regresar al trabajo.

¿Por qué esa manía de andar midiendo todo con fechas?
Hasta los verdugos y abogados ponen fechas para ejecutar sentencias.
Al condenado a muerte le fijan la fecha de ejecución.
Aún más, los pendejos que nos van a gobernar fijan una fecha para tomar posesión.
Y luego los votantes andan anhelando llegar a la fecha en que el mal gobernante se vaya a su casa o al panteón.
¿Y los bancos o los cobradores, también ponen fechas con límite de pago?

Lo único que no nos hemos dado cuenta es que con tanta fecha nos distraen, nos engañan y perdemos el verdadero sentido de la vida.
La vida no se debe marcar como principio y fin con una fecha,
la vida se debe medir en grados diarios de felicidad.
Si logramos altas temperaturas diarias donde la felicidad nos abrigue,
estaremos disfrutando cada instante, no medido por meses o años o la cuenta larga de un calendario Maya,
habremos de estar vibrando a la más alta frecuencia que nuestro ser puede sentir,
la felicidad es una vibración energética maravillosa cuyo único motor que la puede generar es nuestra propia alma.
No digo corazón, porque el corazón es una bomba que tenemos en la portería de nuestro cuerpo y los astutos manipuladores nos han hecho creer que el corazón es el que siente, pero no, no, nuestros sentimientos, emociones, pensamientos, nuestra alma están encerradas en una cajita que es nuestro cráneo. Pero es tanto lo que guardamos en la azotea de nuestros triques que primero se tuvieron que arrugar para que cupieran mucho, por eso se ve como nuez de castilla, sin embargo el exceso de ideas provocó que se desparramen las neuronas por todo el cuerpo, como si fuesen una cadena de sentimientos y que les llamamos sistema nervioso. Son el hilo conuctor de todo lo que sentimos.

Entonces, al unir ésa energía, al engarzarla, empezamos a producir vibraciones y si les damos un sentido positivo, se convierten en la felicidad.
Dejemos de medirnos con fechas y empecemos la maravillosa aventura de vivir con felicidad.