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Mariposas en el estómago

¿Quién no ha sentido mariposas en el estómago?

Es una frase coloquial que se utiliza para explicar la emoción que cualquier persona siente cuando se encuentra en la fase inicial del enamoramiento. Por eso se le describe como “mariposas en el estómago”.

Sobretodo en los primeros enamoramientos, las personas experimentan sus emociones como cosquilleo, felicidad desbordante en euforia y hasta palpitaciones que dejan sin aliento.

Es evidente que todas estas reacciones se detonan en nuestro cerebro, en las interconexiones neuronales que afectan tanto al área racional pero especialmente al área emocional del hipotálamo y amígdala.

Hay una explicación química: Son descargas hormonales.

De ahí que a esas descargas hormonales se les llamen “las hormonas del amor”.

Ese impulso del amor es parte de la química de nuestro cuerpo. En efecto, secretamos sustancias químicas que mediante las neuronas se envían señales a distintas partes del encéfalo (cerebro) y ahí son las reacciones fisiológicas y manifestaciones físicas que tenemos.

Una reacción fisiológica puede ser que nuestro ritmo cardiaco se acelere, el torrente sanguíneo provoque que nos ruboricemos, o que nos suden las manos e inclusive se altere nuestra respiración y nos “quedemos sin aliento”. Esto explica la extraña sensación que decimos: “mariposas en el estómago”.

¿Pero cuáles son esas hormonas del amor?

Hay dos tipos de descargas que obedecen a una secuencia o fase. Primero descargamos dopamina en gran cantidad. La dopamina es la responsable de generarnos euforia, alegría, emoción y es cuando sentimos deleite.

En una segunda fase se mezclan otras hormonas conocidas como endorfinas que son las que nos van ayudar a sentir placer.  Es una sensación de bienestar general, y se pueden segregar en compañía de estímulos táctiles como las caricias, los besos o el estímulo sexual.

Las endorfinas –como decíamos–, tienden a mezclarse con las apomorfinas que son peligrosas porque producen adicción. Esto da origen a un  poderosa droga natural que hace que nuestro cuerpo sienta la necesidad del otro.

El amor es una batalla de hormonas equiparable a un bombardeo nuclear

En las fases segunda y subsiguientes estaremos liberando testosterona que es clave para el deseo sexual y aunque se suele pensar que son sólo del género masculino, la testosterona también está presente en la mujer. ¡Y vaya que si no está presente!  Pues es la mujer quien a la semana 13 del embarazo, descarga la cantidad de testosterona que habrá de “sexar”, es decir: determinar el sexo del futuro bebé.

Así que la testosterona nos impulsa a tener deseo sexual y el neurotransmisor conocido como serotonina hace una genial combinación. La serotonina   se le conoce como la hormona de la felicidad ya que aumenta los niveles de esta sustancia en los circuitos neuronales generando una sensación de bienestar, relajación, nos ayuda a concentrarnos en el objeto amado (de ahí la frase: “solo tenía ojos para verle”) y estimula nuestra autoestima, lo que nos impulsa a acicalarnos, perfumarnos, y a “ponernos guapos”.

Después de todo, el amor es una deliciosa droga que te hace vivir intensamente.

Normalmente nunca vamos a analizar desde el punto de vista químico ni neurofisiológico lo que sentimos cuando estamos enamorados. Pero si es conveniente saberlo porque te ayudará en mucho a comprender los alcances de las locuras que puedes cometer cuando se está enamorado.  Fuera de toda la bioquímica, estoy seguro que cada uno de nosotros posee un inmenso anecdotario de las emociones que hemos sentido en nuestra vida desde el primer flechazo y en cada una de las fases del enamoramiento.

Es una delicia estar enamorado y es apasionante invertirle tiempo y energía al romance. Quizás es uno de los satisfactores más gratuitos y benéficos para nuestro cuerpo porque toda esta revolución hormonal en el interior y que pasa desapercibida a nivel racional, se refleja en la hermosura que proyectamos hacia el exterior. Una persona enamorada es más bella, más atractiva y más luminosa.

Así que cada vez que puedas: Libera las mariposas para que vuelen en tu estómago, su aleteo te dará placer, emoción, alegría y te pondrá al límite de la adicción positiva.