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La Jaula Invisible

La libertad es uno de los dones más preciados para todo ser vivo. Privarse de ella es lo más frustrante. Pero aún más terrible es construir tu propia jaula.

La necesidad del otro

A los pocos instantes después de tu nacimiento y haber experimentado el estrés de salir de ése entorno cálido, rodeado de líquido amniótico, confortablemente protegido en la matriz de tu madre, empezaste a experimentar situaciones y condiciones desconocidas. Ante esos agentes adversos (cambios de temperatura, hambre, sed, etc.) y al no saber cómobastarte a ti mismo y manejar a los estresores, aprendes a llorar, emitir gritos, quejidos, pujidos, etc.

Descubres que necesitas al otro.

Generalmente el otro es tu propia madre. Aquellos que son recluidos en incubadora,será la enfermera. En las maternidades combinarás momentos en la cercanía de tu madre, en su regazo pero también serás atendido por las enfermeras o puericultoras. Necesitar es el primer comando que tu organismo y tu mente aprenderá.

Necesito respirar. Necesito comer., dormir, llamar la atención para que me atiendan, necesito de alguien más para sobrevivir.

A partir de esos reclamos de atención surge entonces la DEPENDENCIA. Es decir, dependo del otro desde mi nacimiento. Descubro que “el otro” me resuelve lo que yo necesito. Asimismo aprendo que para que “el otro” me atienda, yo requiero manifestar mis necesidades.

Mi madre, padre, abuelos y los seres cercanos a mi entorno me mostrarán no solo que atienden a mis necesidades sino que me develarán una emoción que se llama: AFECTO.

 

 

El afecto se percibe a través de vibraciones y energía hasta cierto punto intangibles, es algo invisible que percibimos. A ese enlace se le puede llamar vínculo afectivo. Los vínculos afectivos se van haciendo más fuertes conforme desarrollamos la empatía, la identificación con el otro.

Seguridad, socialización y aprendizaje

A medida que evolucionamos en el nuevo medio ambiente, vamos descubriendo que hay sitios y situaciones en donde nos sentimos seguros y hay otros lugares o momentos en que empezamos a sentir la inseguridad. De esa forma descubrimos procesos para sentirnos más seguros, más confortables y en equilibrio. Cuando percibimos agentes que nos estrenan (estresores) y que nos provocan inseguridad reaccionamos con sorpresa, tratamos de huir de ellos, o los agredimos o nos estresamos negativamente.

Una forma de reducir el sentimiento de inseguridad es en el cual buscamos acompañarnos del “otro” o de los “otros”. Estar con otros seres nos produce una sensación de mayor seguridad que estar aislados o solitarios. Esta gratificante sensación de no estar solo nos va induciendo a la socialización. Formar parte de un grupo, de una familia, de un clan, tribu…es asegurarnos, de “sentirnos seguros” y eso nos permite lograr un equilibrio en nuestras emociones.

Todos estos procesos y experiencias vienen formar parte de nuestros primeros mecanismos cognoscitivos y que comúnmente se denominan como APRENDIZAJE. Aprendemos cómo estar mejor, cómo lograr bienestar. Cuando podemos diferenciar aquello que nos facilita sentirnos seguros de aquello que nos provoca inseguridad, aprendemos con lo ya experimentado y vamos encontrándole sentido al aprendizaje.

El aprendizaje debe ser un proceso gozoso. Eso lo vemos en los bebés que sonríen y nos muestran que se sienten satisfacción cuando “aprenden” ciertas gracias, o cuando aprenden a dar sus primeros pasos. El niño pequeño es una especie de “esponja” que observa, absorbe conocimientos y disfruta de lo que aprende.

También empieza a aprender a cómo hacer que el “otro” reaccione a ciertos estímulos. Es cuando descubre que es capaz de manipular al otro.  El aprendizaje y llegar a dominar aquello aprendido, nos impulsa a experimentar otra necesidad que es la de superarnos. Si damos unos cuantos pasos y ya aprendimos a caminar, entonces queremos superarnos, por eso empezamos a intentar correr y a escaparnos de los brazos protectores de nuestros padres o cuidadores.

Para poder entender este concepto de las necesidades fundamentales del ser humano, recurriremos a Abraham Maslow. La jerarquía de necesidades de Maslow consta de 5 niveles: Los cuatro primeros niveles son necesidades DEFICITARIAS; el nivel superior o último corresponde a las NECESIDADES DE AUTO-REALIZACION o de afirmación del SER.

Las necesidades deficitarias son las más urgentes para la vida del ser humano y pueden ser satisfechas:

  1. Fisiológicas ( Alimento, agua, aire)
  2. Seguridad (Protección, techo, habitación)
  3. Aceptación social (Amor, afecto, sentido de pertenencia, vínculos amistosos)
  4. Autoestima (Éxito material, prestigio social, auto valía)

Las necesidades de autorrealización requieren del trabajo continuo y de la fortaleza del individuo por alcanzarlas. Esta necesidad solo se plantea en el individuo cuando ha logrado satisfacer las anteriores. Hay dos fuerzas:

Las del CRECIMIENTO

Las REGRESIVAS

Las fuerzas de crecimiento impulsan al individuo a ascender en la pirámide. Busca siempre llegar hacia arriba en la jerarquía. Las regresivas empujan a retornar a las necesidades urgentes o prepotentes que se encuentran hacia abajo en la jerarquía. Esto es cuando se dan carestías o pérdidas de lo ya alcanzado. Las necesidades fisiológicas básicas buscan mantener la homeostasis, o sea, el equilibrio de nuestro propio organismo. Cuando fuimos niños pequeños nuestros padres o tutores se encargaron de mantener nuestro equilibrio. Sin embargo, a la par durante nuestro crecimiento, nuestros padres, familiares o maestros —los adultos en general—, nos van creando miedos.

Miedos

Permanentemente estamos bombardeados de “miedos” por todos los que nos rodean. Los miedos son barreras mentales asumidas o auto impuestas. Pueden ser heredados o adquiridos por nuestra propia experiencia de vida. Los miedos / temores paralizan nuestra capacidad de responder o actuar oportuna y rápidamente.

¿Te has preguntado cuáles eran tus “miedos” en la infancia? ¿Cuántos de esos miedos ya los superaste? ¿Y cuántos miedos aún sigues arrastrando?

 

Continuaremos.