Archivo de la categoría: Alimento para el pensamiento

La mujer y el maíz

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Una de las más asombrosas aventuras de la humanidad lo constituye la aportación que las mujeres han hecho para transformarnos de hombres de las cavernas en hombres de grandes civilizaciones cuyos legados perduran hasta nuestros días.

La característica propia de la mujer ha sido el de preservar y aportar al bien común sin deseos de exhibirse o promoverse como la protagonista de nuestra historia. Así lo vemos en la ciencia, literatura y en el devenir de la cultura. Sin embargo, yo he querido invitarles a una aventura del pensamiento y descubrir uno de los muchos ejemplos que tenemos de estas “donadoras” de bienestar.

Para ello debemos asociar a las mujeres con un cereal de importancia trascendente. Se trata del maíz, un pasto natural de mesoamerica y que en el semi-desértico entorno de Tehuacán, Puebla fue transformándosegracias a la atinada participación de las mujeres, evolucionando hasta llegar a ser el maíz que hoy en día conocemos y que se ve terriblemente amenazado por las ambiciones de empresas de transgénicos y la corrupción de los gobiernos plagados de ignorantes.

Vayamos en esa aventura hasta encontrarnos con las mujeres de los primeros tiempos del Homo sapiens sapiens. Visualicemos estas mujeres que pertenecían a clanes y que –entre ellas—cuidaban de las crías, recolectaban frutos y hierbas para alimentar al clan, que tenían que abrevar en las orillas de los ríos, lagos, arroyos u ojos de agua, ya que carecían de elementos para transportar el líquido vital.

Esta carencia obligaba a lis humanos a habitar cerca del agua y eran las mujeres las que observaban cómo la tierra se tornaba fértil con la humedad. Los hombres eran carroñeros –no cazadores como nos engañaron en la educación primaria–, ya que no poseían armas para poder cazar. Lo que hacían estas manadas de hombres era dejar a las mujeres y sus crías en los lugares que consideraban más seguros (cuevas, chozas y posteriormente palafitos, etc.) para ir a espantar a los animales que devoraban las presas que cazaban. Procedían a espantarlos con piedras, troncos y les aventaban objetos o proferían gritos, para regresar con las piezas robadas y compartirlas con el clan. Es así como las mujeres tuvieron que separar la carne de los huesos y las pieles, utilizando ciertas piedras y desarrollando los instrumentos punzocortantes que darían lugar a las futuras armas.

Fueron ellas las que descubrieron cómo hacer el fuego y más aún, cómo preservar el fuego para su protección y posteriormente evolucionar hacia el cocimiento de alimentos con el desarrollo de la cerámica que les facilitaría el guisar y transportar agua.

En esos procesos de aprendizaje, coincidiendo con sus ciclos menstruales, empezaron a concebir la medición del tiempo a través de los ciclos de la luna y es así como llegaron a estructurar calendarios.

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Notaron que las semillas que caían en la tierra húmeda, germinaban para dar una nueva planta con similares características. Esto da origen a la agricultura. En cualquiera de las civilizaciones ancestrales iremos descubriendo que las deidades de la agricultura son mujeres y se vinculan a la fertilidad. Durante estos procesos fueron las mujeres las que logran ir domesticando a ciertas plantas y animales. En mesoamérica vienen a domesticar la calabaza, el jitomate, los chiles, frijoles y el nutrimento más importante: el maíz.

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Si no hubiera sido por las mujeres, el maíz no hubiera quizás pasado de ser un zacate y en ése proceso de domesticación llegar a ser el alimento nutritivo e importante de la dieta de los pueblos aborígenes que trascendió hasta ser de fundamental importancia en el mundo entero.

Las mujeres así aportaron las puntas líticas para confeccionar las armas indispensables para la defensa y cacería, también el fuego, la cerámica, el arte culinario y la domesticación de animales y plantas. El maíz se convierte para los Mexicas, Olmecas, Mayas, Zapotecos, etc. en el alimento que les daban las diosas. Lo podemos ver en los gráficos y esculturas que representan a esas deidades femeninas, diosas de la fertilidad, ataviadas con las mazorcas de maíz.

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Coatlicue es una diosa fundamental cuyo faldón combina serpientes, corazones y mazorcas de maíz. Es la diosa vinculada a la fertilidad, patrona de la vida y paradójicamente de la muerte. Ella guía al inframundo para después dar lugar al renacimiento de los seres vivientes. De ahí que la muerte también sea del sexo femenino. Ella fue la que se embarazó para dar a luz a Huitzilopochtli. También es conocida como Tonantzin y fue suplantada a la llegada de los españoles por Guadalupe.

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En la cosmogonía mexica también vemos a la diosa de la subsistencia que es Chicomecóatl, en especial vinculada al maíz, es la principal patrona de la vegetación y, por extensión, es diosa también de la fertilidad. Chicomecóatl es la parte femenina de Centeótl. También se le refiere como Xilonen por ser barbada o peluda, como los cabellos o barbas de la mazorca del maíz. Es la madre del jilote o maíz tierno y encargada de proteger al maíz en todas sus fases o ciclos. No hay que olvidar que el maíz se puede consumir tierno o seco y sirve para elaborar las harinas que confeccionamos como tortillas.

Cuando ya seca, esta diosa recibe el nombre de Ilmatecuhtli o anciana digna, se le representa cubierta de hojas arrugadas y amarillentas. Es una venerable anciana.

Lo que hoy es el mes de Septiembre en nuestro calendario, en el calendario mexica era dedicado al culto de Chicomecóatl. Se le confeccionaban altares en las casas adornados con las plantas del maíz, semillas y mazorcas. Aquí vemos que la herencia se acerca entonces a un paralelismo de lo que hacemos con los altares de muertos ofreciendo alimento para el renacimiento de los muertos. En el caso de las esculturas de esta diosa vemos que lleva en cada mano una doble mazorca de maíz. En su culto se asociaba la necesaria práctica del ayuno. Para los romanos, esa mujer que daba el grano y sustento era la diosa Ceres.

Podemos entonces concluir que el maíz y la mujer son inseparables ejemplos del nutricio fundamental de los seres humanos. Su evolución y domesticación crean un inmenso paralelismo con la fecundidad de la mujer, la germinación de sus hijos, la nutrición inicial con el amantamiento y procuración del alimento. Su función es la de preservar al hijo y estar constantemente preocupada por alimentarlo. Si fuera por las mujeres, ellas también procurarían acompañar a sus hijos por toda la vida y conducirlos inclusive a una buena ruta para que del inframundo, volvieran a renacer.

Por eso vemos que llega la anciana madre a recibir a sus hijos con besos y abrazos. Lo primero que habrá de decirles es: “¡Hijo! ¿Ya comiste? Es la madre nutricia que recibirá con alborozo a sus hijos y les dirá: “Pasen, pasen. ¡Qué bueno que vinieron a ver a su anciana madre! ¡Les preparé una rica comida…justo lo que les gusta a cada uno de uds.! Asñi es la bondadosa madre que despide a sus hijos y les dice: “¡Llévense este itacate por si les da hambre en el camino!”

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Sexualidades ajenas: Una reflexión de Juan Antonio Rosado

Mi Maestro, el Dr. Juan Antonio Rosado Zacarías, catedrático de la Facultad de Filosofía y Letras (UNAM) y de Centro Cultural Casa Lamm, fundador de FILOPALABRA, nos comparte su artículo semanal en la revista Siempre!

Sexualidades ajenas

Por Juan Antonio Rosado

Hay muchos tipos de libertades, pero todas se conquistan y a menudo con dolor. Derechos y obligaciones cambian, pero el espacio íntimo de cada individuo es inalienable y sagrado. En el terreno sexual, hemos padecido en México a una oleada de retrógradas que meten sus narices en la sexualidad ajena sin analizar la suya propia, a menudo estropeada por tabúes, prejuicios, culpabilidades, cinismos, doble moral, hipocresías y “mentiras piadosas”. Como todo aquí, la libertad sexual llega tarde, y cuando llega, los conservadores sienten el impulso de “salvar” a la sociedad y a la familia de todo comportamiento “anormal”. Sin respetar el libre albedrío que tanto pregonan, meten sus narices y otras cosas en la vida ajena, como si la sexualidad de los demás fuera para ellos un impedimento para vivir; como si de verdad les perjudicara lo que hace el vecino en la intimidad y sin forzar la voluntad de nadie.

Siempre he creído que un adulto es libre de hacer lo que desee mientras lo haga con otro adulto en la intimidad y sin forzar la voluntad del otro. En lo personal, entre otras muchas cosas, hay una que siempre me ha importado un reverendo bledo: la sexualidad de los demás. Lo que cada quien haga con su vida es asunto suyo mientras no perjudique directamente a quienes le rodean. Neonazis, católicos extremistas y ultraconservadores se hallan lejos de un pensamiento tan evolucionado. Se sienten muy bien siendo controlados y ejerciendo control sobre el prójimo. En México, país de madres solteras y miles de niños expósitos o no deseados, la tradicional doble moral del catolicismo hincó sus raíces hasta lo más hondo. En este ambiente, la ultraderecha “defiende” la familia y evoca a la Biblia, célebre libro lleno de incestos, poligamia, resentimientos y venganzas. ¡Qué hermosa familia! Y el Nuevo Testamento nos presenta a un dios soltero que perdona y da la otra mejilla, pero también seca una higuera, les destruye sus mercancías a unos comerciantes, les introduce demonios a unos cerdos que ni la debían ni la temían, y les dice a sus discípulos que abandonen a sus padres para seguirlo a él. ¡Qué hermosa familia! Hay un cúmulo de contradicciones ya analizadas por Bertrand Russell en su ensayo ¿Por qué no soy cristiano? A pesar de ello, persiste la fe, ¡y qué bueno que así sea!… mientras no pisoteen los derechos de los demás ni se anden preocupando por la sexualidad de los otros para condenar, por ejemplo, a homosexuales con el fin de “defender la familia”. He ahí su argumento de oro: “la familia”, o mejor dicho, el modelo de familia que les ha impuesto el negocio de la Iglesia (no la poligámica familia bíblica).

Sin embargo, mientras piadosamente hablan en favor de la familia, cientos de curas “célibes” que no se responsabilizan por hijo alguno, destruyen las vidas de miles de niños (¡ahora falta que los ultraderechistas nieguen la pederastia que, como el cáncer, se ha expandido en la Iglesia). Y mientras hablan en favor de la familia, otros miles de curas producen madres solteras, hijos naturales a veces abandonados en basureros. Esta gente no sabría educar a un hijo, ni siquiera proveerlo de lo mínimo. Ellos viven entre hombres, así como las mujeres (monjas) viven entre mujeres. ¡Qué hermosa familia! Y lo hacen con sus manías, sin preocuparse de un hijo enfermo, y cuando lo hacen (a medias), lo llevan a la publicidad, como aquella señora de Calcuta a quien todos conocemos. Esta gente no cree en el karma ni en las energías ni en la reencarnación; por tanto, puede hacer lo que le venga en gana. Si al final de sus días se arrepiente, será absuelta por su dios misericordioso y se irá derecho al cielo, aunque haya violado o producido madres solteras. ¿Tal es la civilización de quienes defienden la familia? ¿Por qué mejor no defender las libertades? Los conservadores deberían abrir un poco su mente y convencerse de que cada quien puede salvarse o condenarse si así lo desea. Y si dos o más personas deciden convivir juntas en un hogar y sienten que su convivencia es estable, aunque no sean una familia “normal”, ¿por qué atentar contra su felicidad? Habría que aconsejarles a los acomplejados que primero analicen su propia sexualidad y la de sus psicóticos ministros antes de meterse con la sexualidad ajena.

 

 

 

 

 

Ilustración cortesía de Carlos Muñoz

El cruel seductor

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Cuidaba mucho su apariencia personal y sus encantadoras dotes de conversador le facilitaban sus aviesas intenciones.

Salió a pasear como de costumbre.

Tenía en mente pasar un buen rato y satisfacer su permanente obsesión: Seducir.

Algunas dependientes de una perfumería le saludaban con admiración ya que sus dotes de seductor les facilitaba continuamente sus ventas.

Una de ellas se atrevió a nombrarlo por su apellido:

–Buenas tardes Sr. Olvido—, dijo con cierta timidez.

Las otras chicas suspiraron con deseo.

El galán sólo le dispensó una sonrisa provocadora.

Llegó a la cafetería que tenía una librería integrada. Era el sitio ideal para lograr una seducción elegante.

A pesar de su natural repulsión por los libros, fingió interés en recorrer estantes y mesas de exhibición.

Cauteloso, por momentos, tomaba algún volúmem y ojeándolo, miraba de reojo a la presa que ya había detectado.

Era una linda chica, jovial, que emanaba sencillez y cuyo aspecto delataba que se dedicaba a algún oficio de tipo intelectual.

Francamente, era uno de esos seres bellos por fuera y bello por dentro.

Como pura coincidencia, se encontraron frente a una mesa de novedades y el Sr. Olvido—ni corto ni perezoso—, la abordó con su seductora plática.

La invitó a que se sentaran a charlar mientras tomaban un café. La bella mujer, viendo que el galante ofrecimiento no la comprometía, aceptó.

La plática fue por demás interesante y a cada momento el cruel seductor progresaba en sus artes de “encantamiento”.

Realmente era un experto en seducir.

En determinado momento le dijo:

–…y a todo esto, ¿cómo te llamas?—

A lo que la delicada chica le respondió:

–Memoria.

–¿Memoria?—inquirió Olvido.

–¡Sí!–, Respondió convencida la mujer.

Una lasciva sonrisa se dibujó en el rostro de Olvido y sin más preámbulos le propuso que si podían dar un paseo por el parque.

Así fue como el cruel seductor de Olvido, con su tenacidad, logró poseer a la frágil Memoria.

Desde entonces, se ha emitido un constante comunicado de alerta a toda la población recomendando que procuren cultivar su memoria y evitar al pernicioso olvido que anda acosando por todas partes.

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Nota: Se dice que los perfumes más finos tienen tres fases, a saber; cabeza cuando lo destapas, cuerpo cuando se caldea en la piel y memoria, cuando por su eficacia aromática nos deja algún recuerdo.

Lamentablemente nuestro cerebro no es perfume fino y corremos el riesgo de caer en manos del olvido.

 

Juan Okie   25-09-2016.

¿Por qué las prefieren Gorditas?

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En pleno siglo XXI y a pesar de la alerta sanitaria global sobre la obesidad como elemento detonador de la diabetes, así como de enfermedades cardiacas y renales, los hombres prefieren a las mujeres gorditas. Puede sonar un contrasentido cuando en la publicidad y en los medios electrónicos se ha fomentado la esbeltez casi rayando con la anorexia como los estándares o prototipos de la belleza femenina. La razón a ésta interrogante obedece plenamente a factores del inconsciente y que son inequívocas señales de que los genes son quienes orientan nuestras vidas. Sí, somos rehenes del ADN y de los códigos genéticos heredades de más de 2 millones de años a través de la mitocondria femenina.

La genética humana dicta invariablemente tres postulados que todo individuo del género Homo sapiens sapiens debe seguir:

  1. Nutrirse
  2. Sobrevivir
  3. Reproducirse

Estas poderosas fuerzas u órdenes que mandan nuestro inconsciente nos impulsan a que seamos los individuos que  nos distingamos por el comer no solo por satisfacer las necesidades básicas sino para almacenar nutrientes en caso de que tuviésemos alguna contingencia o escasez de alimentos. Adicionalmente la respuesta cerebral de “saciedad” es decir, de que estamos satisfechos, ya que tarda entre 40 a 60 minutos. Eso explica por qué empacamos más de lo que necesitamos. La “hembra” se vuelve en un ser nutricio por excelencia. Da de amantar a las criaturas, engorda al marido o pareja para retenerle en el núcleo y se obsesiona por que todos los que lleguen a su “cueva” u hogar, salgan bien alimentados…bien nutridos. Uds. siempre recordarán las eternas frases de madres y abuelas: “¿Ya comiste bien mi hijito?”

Esto me remite a los restaurante, los cuales me divierten mucho Los establecimientos que tienen gabinetes son muy socorridos. Siempre  que les pregunto a los encargados sobre cuáles son las mesas que más rápido se llenan o las más solicitadas,  invariablemente me responden: los gabinetes. Esto obedece a que en el código genético heredado  el ser humano busca proteger sus alimentos en un lugar seguro. Podríamos decir que virtualmente busca su “cueva” o “madriguera” para comer con los suyos. También otra característica es la preferencia de los restaurantes poco iluminados y con ambiente “acogedor”. Con este entorno se están remontándo a los ancestrales tiempos cuando se buscaba el abrigo de la cueva o choza, donde se protegían de las inclemencias del tiempo y donde cuidaban del preciado fuego para calentarse y preparar los alimentos.

El instinto de supervivencia no solo se limita a cuidar de nosotros mismos, sino también de proteger a los seres más allegados a nosotros. Esto quiere decir, que si tenemos hijos o pareja, buscamos siempre ser proveedores de bienestar y protección para ellos. Así vemos que el “macho” de la manada se convierte en guardián protector y proveedor del grupo al que pertenece. Por su parte, la “hembra” o mujer axial* buscará darle protección a los suyos y por eso las escuchamos verbalizar: “¿No traes con qué abrigarte?” o “Ya mejor no salgas, es muy noche, puede ser peligroso?” e inclusive el: “¿Y a qué hora vas a regresar? No vayas a llegar muy noche!”

El asunto se complica aún más con el tercer mandamiento de la ley del ADN: Reproducirse. Para PERPETUAR la especie, el “macho” debe fecundar al mayor número de hembras para asegurarse de que va a transmitir su genética adecuadamente. La “hembra” debe preservar desde el embrión durante los nueve meses que retiene albergado en su matriz, para posteriormente amamantarlo y cuidarlo los 3 años de desarrollo del bebé, hasta que ya es independiente. Pero mentalmente la madre seguirá cuidando a sus críos hasta que cumplan 40 o 60 años y los seguirá tratando de PRESERVAR.

En función de PERPETUAR a su especie, el hombre moderno, al igual que los primeros hombres de las cuevas, busca a la hembra idónea para su reproducción. Pero, ¿Qué características debe tener ésa mujer?

Básicamente:

  1. Qué se vea saludable…bien nutrida.
  2. Que tenga caderas anchas…o sea que facilite el parto con su pelvis.
  3. Que tenga pechos voluminosos que garanticen el amamantar a las crías.
  4. Que tenga labios carnosos de preferencia. Eso es inequívoca señal de que posee sus mucosas bien hidratadas. (También con esto nos explicaremos por qué muchas mujeres prefieren pintarse los labios y tradicionalmente buscan el color rojo o carmesí como el más recurrente, ya que inconscientemente es un atrayente sexual)

Para finalizar, las mujeres en el proceso del cortejo buscan hombres de buena complexión que les garantice protección, cuidado, atención que les asegure a ellas y a su prole un futuro seguro pero que  también que sean buenos proveedores…es decir, supervivencia y nutrición. Ahora si el hombre tiene atributos morfológicos adecuados pero es mal proveedor, existen mujeres que aplicarán la filosofía de nuestra amiga Martha O. que dice: “Tener a uno para el gusto y al otro para el gasto”.

Cuando la mujer ya tuvo sus crías y desea retener al hombre proveedor, enfila sus baterias para “cebarlo” es decir que coma bien, que duerma bien, que sea sedentario, le pone la tele para que se acompañe con sus chelas y vea el partido de futbol. Así como se dice en provincia: “Hombre celado y cebado, en casa bien amarrado”. Aunque algunas mujeres opten por convertirlo en un “ropero” que a veces les estorba y les digan a sus hijos “Tu papá ya no sirve para nada, solo estorba. A la que debes obedercer es a mí, yo soy la que mando.” De esa manera la «hembra» se asegura de que el hombre no se vaya a buscar PERPETUAR la especie en otro lugar. En el caso de los hombres, lo que buscan es conseguir a una mujer que sirva para reproducir su código genético, nutra y proteja a los hijos y por eso, prefieren a las gorditas. Como dicen los hombres vulgares: “Para que tenga uno de donde agarrarse”. Subconscientemente con las “gorditas” solucionan su necesidad genética de PERPETUAR la especie y cumplen con el freudiano concepto de EDIPO al buscar una mujer que sea como su segunda madre o madre sustituta o hasta el ideal de una madre que nunca tuvieron plenamente:  una mujer que cocina, nos alimenta bien, cuida de la casa, tiene muy bien a los niños y además, es buenísima, casi respetada como el concepto religioso de «una santa, una virgen».

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* mujer axial: Le denomino así a las mujeres que son eje del hogar. Quienes procuran atención a los que habitan su casa.

El Banquete de Silencio

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La reina ordenó a sus vasallos: Sirvan esta noche una cena diferente para premiar a mi corte que siempre aplaude mis sabias decisiones.

Todos los manjares de la tierra en su paladar había probado, ¡Menuda faena esperaba a cocineros y mayoras! Perdices y faisanes de mil formas, frutos del mar y exóticos guisados habían extasiado paladares de la corte sibarita.

Ante tanta incertidumbre sin ingredientes novedosos, cocineros y mayoras decidieron: Un banquete de silencio.

Llegó la reina con su corte. Atildados comensales en mullidos sillones se sentaron y reposaron sus pies en bellas alfombras.

Los agasajados atónitos quedaron cuando meseros con finos guantes sirvieron los platos bien vacíos. Sin orquesta ni palabras pronunciadas, transcurrió en silencio la velada.banquete-del-silencio

Satisfacción fingida de súbditos y comensales, mientras la reina, sorprendida de su real mesa, observa el silencio digerido.

Más de treinta minutos transcurrieron cuando la reina, impaciente, llamó a su jefe cocinero: Diga usted la razón de este ágape tan triste y silencioso.

Su majestad –respondió el fiel vasallo—: Banquete de Silencio hemos ofrendado ante la falta de nuevos ingredientes que sirviesen para darle original guisado.

Ante el ingenio de cocineros y mayoras, no tuvo más remedio la reina sibarita, que soltar sonora carcajada, festejada con aplausos de entusiasmo por hambrientos cortesanos y plebeyos.1-reina

Sonrisas fugaces

SonrisaLas sonrisas deben ser espontáneas. Para que sean creíbles deben durar entre 7 y 8 segundos. Su naturaleza es fugaz debido a que es una microexpresión del rostro.

Si la sonrisa se forza, es percibida como falsa. No creíble. Instintivamente el cerebro la rechaza y en el subconsciente desconfía de esas personas de sonrisa permanente.

Muchas actrices, políticos y personajes famosos desconocen la espontaneidad de la sonrisa y sin darse cuenta, muestran su verdadero rostro y personalidad.

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Las neurociencias no se equivocan. Aprendamos a observar las expresiones sutiles del rostro y podremos leer mejor a nuestros interlocutores. Empecemos con la sonrisa que siempre delata al farsante, da autenticidad a la persona amorosa y sincera.

 

Recordemos la inolvidable melodía de Charles Chaplin: SMILE (Sonríe). Su carga emocional es muy fuerte y aleccionadora.CharlieChaplinAndGandhi

El abandono

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Abandonar es el acto de dejar. Es perder el interés en algo. Dejar de usar o perder el interés por un objeto o una persona.

Hay sitios públicos y edificios que son abandonadas por las autoridades de gobierno o de los mismos ciudadanos. Parques desolados, llenos de basura, descuidadas las plantas, nidos de suciedad.

Hay casas o propiedades que se abandonan. Son presas de grafitti y destrozos, inundándose de basura.

Pero lo más grave es el abandono a los seres vivos.

Generalmente cuando tratamos a las personas como objetos y no como sujetos, tarde o temprano terminamos por abandonarlas.

Así vemos que los amantes se abandonan cuando lo único que les unía era el apetito erótico o sexual. Los matrimonios se abandonan en determinado momento cuando se pierde el sentimiento afectivo, el amor o el cariño.

A los ancianos es frecuente verlos abandonados porque resultan ser ya una carga para sus familiares jóvenes. Se olvidan de ellos. Se abandonan a los amigos, las propiedades, las mascotas son frecuentemente abandonadas.

Un parque –como el Bosque de Chapultepec—, semana a semana, registra abandonos de bebés, de cachorros, de gatos. Se dan casos de ancianos con Alzheimer o demencia senil que son abandonados por sus parientes, en parques y jardines públicos o frente a los asilos de ancianos.

Existe también el abandono a sí mismo. Son personas que descuidan su cuerpo, se convierten en seres desaliñados, los vemos con exceso de peso o con anorexia. Personas que se deprimen y pierden el interés en sí mismas. Se abandonan.

Hay etapas de nuestras vidas en que nos deprimimos, perdemos el interés por lo que hacemos o por nuestra persona y nos abandonamos.

Es fundamental que para reducir y de ser posible, eliminar la costumbre de abandonar o abandonarnos, cultivemos el hábito de ver a los seres como sujetos y trabajar creativamente en encontrar todos los aspectos positivos y bellos que esos seres, sujetos nos aportan. Así avivamos el cariño, la pasión y el interés por convivir.

También veamos a los objetos de uso, nuestros espacios (casa,recámara, auto, propiedades) como “sujetos de nuestro interés” e imprimámosles con cariño su mantenimiento, aseo y renovación. Así iremos erradicando la malsana costumbre del abandono.

¿Cuál es la prisa?

Old_Pendulum_clockEl tiempo es un elemento subjetivo que generalmente optamos por convertirlo en un monstruo que nos acecha.
Frecuentemente nos quejamos de que queremos hacer algo pero no nos alcanza el tiempo.
Este monstruo nos empieza a taladrar y confunde más nuestras acciones hasta llegar el momento en que realmente nos paralizamos y descubrimos que no pudimos hacer nada.
De ahí que exista la famosa frase «calmados y nos amanecemos»,
 
Vamos por la calle y no falta aquél peatón que casi nos empuja por avanzar, o el automovilista que va zigzagueando para rebasar a todos, aún cuando en el intento exponga su seguridad y la de los demás.
Esa urgencia de inmediatez, la prisa de que te atiendan rápido en una tienda o de que te envíen en 30 segundos una pizza que finalmente engullirás hasta en 2 horas cuando materialmente esté fría e intragable. Yo he visto a muchacos accidentarse llevando las pizzas a domicilio y también a sádicos que les están contando los minutos para abusivamente recibir el envío y argumentar que llegaron tarde para no pagarla.
 
Ayer me avisaron que un compañero de la secundaria había fallecido. Escasamente una semana lo habíamos visto. Llegó retrasado a una reunión que teníamos para ver la publicación de su libro sobre sus andanzas en el mundo, en donde había contribuido a proyectos de rescate de especies en extinción.
 
Llegó feliz a la cafetería donde le esperábamos. Acababa de regresar de un viaje que había hecho a Israel y en donde coincidió para convivir con su hijo y nuera. Pasearon por todas partes y eufórico describía su experiencia.
 
Hablamos de su libro y ante la idea de que se tendría que invertir alguna cantidad para publicarlos, mencionó que por el momento quizás no lo haría ya que estaba más enfoocado en una fundación que había creado para salvar fauna y flora de nuestro país. La publicación podría esperar mientras se juntaban los fondos.
 
«¿Cuál es la prisa?» fue la frase que atravesó mi mente.
 
Otro querido amigo me comentó –hace unos días–, que le acababan de detectar cáncer y que estaba poniendo sus «cosas» en orden para no dejar problemas. Recordé que siempre había tenido prisa por hacer las cosas: transacciones, negocios, ventas o compras. Siempre con una urgencia y desesperación por ganarle tiempo al tiempo.
 
Nuevamente me atravesó en mi mente la frase: ¿Cuál es la prisa?
 
Podríamos pensar que es una contradicción lo que menciono ya que estoy proponiendo que debemos domesticar al monstruo de la inmediatez del tiempo. Pero no, lo traigo a colación porque a veces le damos más prioridad a nuestro trabajo, negocio, a la acumulación del dinero y descuidamos lo más importante que es el aprovechar el tiempo para gozar la vida.
 
El amigo que ya partió, le dio prioridad a gozar su vida en estos últimos años, dejó todo y se fue a ése viaje que de regreso lo atesoró con entusiasmo. Al otro amigo en cambio, su prisa por acumular y avanzar en todo, le frenó de pronto la circunstancial posibilidad de seguir con vida y ahora requiere de tiempo, pero nuevamente no es para gozar de su vida sino para dejarles a los demás todo lo que acumuló en vida, pero eso sí: bien repartido.
 
Yo me pregunto y comparto contigo ésta idea: ¿Cuál es la prisa por destruir nuestras vidas angustiándonos por las cosas que sabemos no podremos hacer o porque nos alcance el tiempo para hacerlas?
 
Te propongo detengamos ésa furiosa carrera contra el tiempo. Respiremos diez veces con profunda tranquilidad y organicemos nuestra mente.
 
Toma un lápiz y papel, escribe tus diez prioridades en la vida.
 
Luego, regatéate a ti mismo cinco prioridades que no podrías cumplir.
Con las cinco que te quedan y en perfecto orden de importancia, traza un círculo y divídelo en gajos hasta tener 24 rebanadas de tiempo. Bloquea los 8 gajos que corresponden al sueño reparador nocturno y aseo matinal.
Destina 2 gajos más para tus alimentos diarios.
Te quedan 14 rebanadas de tiempo al día.
¿Trabajas? Resta 8 horas. ¿Ya no trabajas? Destina esas 8 horas para un nuevo trabajo comunitario.
Te quedan 6 maravillosas horas. ¿En qué las vas a utilizar? Tienes 5 prioridades. distribuye equitativamente una rebanada. Te resta sólo 1 rebanada de tiempo.
Déjalo sin asignarle nada. Al día, regálate una hora para ti.
Una sensacional hora para pensar, meditar, para dejar volar tu imaginación, para consentirte, para dar gracias a la vida que tienes.
Y realizado todo esto, pregúntate: ¿Cuál es la prisa para atropellar mi vida en aras de un tiempo que jamás podré calcular ni conocer la cantidad de tiempo que me queda para vivirlo?

Poesía: el arte de dar a luz la belleza.

Sor Juana por Antonio González Luqín

 

 

 

 

 

La poesía se definió desde la antigüedad como un acto de creación o dar a luz la belleza. Conforme fue evolucionando el término , abarcó al concepto de literatura y finalmente fue especializado en un género, que es el que actualmente identificamos, como poesía, una modalidad textual que se centra en una de las clasificaciones griegas denominada lírica (hay que recordar que los griegos la dividían en poesía lírica o canción acompañada de una lira o arpa de mano, la poesía dramática o teatral que la vinculamos a las tragedias y la épica que terminoo siendo la narrativa /cuentos, novelas, etc.)

Recuperar la Poesía lírica que es la construcción a base de versos es una tarea que debemos fomentar porque despierta las emociones, produce excitación positiva en las redes neuronales y logramos mejores conexiones que redundan en plasticidad cerebral. Es una forma hermosa de encausar las emociones humanas.

Para poder rescatar el gusto por la poesía, uno de los primeros pasos debe ser el empezar a olvidar la repugnancia generada en las escuelas primarias donde te hacían memorizar poemas para declamarlos en los eventos públicos como el homenaje de día de las madres, clausura de cursos, graduaciones, etc. o las detestables tertulias familiares donde el niño más antipático de la familia o el tío más bohemio y alcohólico, endilgaban recitaciones cursis que producían sueño a los asistentes. Ese tipo de declamaciones eran útiles para espantar a los invitados y concluir apresuradamente la reunión o celebraciones.

La visión moderna que debemos tener de la poesía es la libertad, plena de emoción y sensualidad (uso de los sentidos) para disfrutar la armonía que se establece entre las palabras y generar un verso.Confieso que yo fui víctima de la obligatoriedad de escolar de memorizar y leer poesía de forma arcaica. Tanto daño me hizop que en mi maestría al iniciar el curso de creacoión poética, mis primeros versos fueron rechazados por su estructura antigua. Mi maestra Patricia Camacho –a quien debo reconocer su enorme paciencia–, me regresó mis poesmas con una atenta nota indicándome que estaba yo escribiendo poesía con la rima de Gustavo Adolfo Becquer. Me sacudió la idea de verme envuellto en el polvo de una librería de viejo. No estaba ella ni yo en desacuerdo con la poesía que en su momento era rigurosamente métyrica. Eran los estándares de esa época. Pero yo no podía permitirme quedarme incrustado en ése estilo y la crítica me sirvió para que me propuesiera recibirme en la maestría con una tesis cuya opción fue la poesía.juana_ines

Empecé a escribir con desgarradora vehemencia. Escribí poemas de una descarnada crítica y donde cada palabra llevara una fortaleza que sumada en frases sacudiera. Fluía una especie de catarsis que me aligeraba emocionalmente y al leer mis precarios poemas iniciales descubría en el rostro de mis sacrificados escuchas, el reflejo de emociones variadas. Saber si les gustaban o no siempre será una icógnita pues es habitual entre los mexicanos a extremar la prudencia y cortesíapara no ofender. Mi maestro Juan Antonio Rosado Zacarías ha tenido la paciencia, ya fuera de la maestría de dedicarme varios domingos a tallerear mis poemas. Es un banquete de cultura, un baño de conocimientos que me doy al zambullirme en su revisión de cada texto. De todas esas experiencias llego a la conclusión de que a los niños y jóvenes de nuestro país les hace falta la poesía. De que a los adultos que aún pueden redimirse y a los de tercera edad que desean ver renacer sus ilusiones les debemos inculcar un nuevo amor por re-encontrarse con la poesía.

José GorostizaLes invito a que le pierdan la aversión y tomen un poema. Cualquiera, ya sea de Pablo Neruda o de Rosario Castellanos o de Sor Juana Inés de la Cruz. Disecciónenlo, deténganse en cada palabra, cada frase…cada verso.Descubran la magia de leer “Muerte sin fin” de José Gorostiza y poco a poco acérquense a los poetas actuales, a los vivos como Orli Guzik, a tantos autores que en México y en el mundo están reverdeciendo el viejo arte de dar a luz con las palabras.

ORLI GUZIK