El día que nunca termina

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En la vida hay ciertos días muy especiales.
Son días que sobrepasan las 24 horas, es más, nunca terminan.

Son esos días especiales que uno recorre segundo a segundo con la intensidad de la vida, saturados de emociones y lo sube al ático de la mente.
Sí ,es arriba donde está el ropero de la memoria.
Es un mueble alto y a veces ancho, que parece tríptico. por tener tres puertas. Cada uno de nosotros tiene uno en el ático de la mente. El diseño varía según nuestros propios gustos. Todos son de tres puertas, ahí si no se permiten variantes.

Algunos, los más egocentristas, en esas puertas les ponemos espejos adosados (colgados-pegados) como un exceso de narcisismo, otros –los muy barrocos— decoramos las puertas con madera labrada sin dejar milímetro de espacio vacío. No falta la persona pragmática que llena las puertas de pegotes, imanes, «post-it» y recados. ¡Ah! Y los minimalistas, que los pintan de blanco sin adorno alguno.

Pero en cada una de estas puertas, se identifican sus especialidades: Memoria Próxima, Memoria Lejana o Remota y en el centro de ellas: Memoria Permanente.

Es en la «memoria permanente» donde guardas todos los fragmentos de ése día especial, del día que nunca termina para tu vida.

Es el día más cargado de emociones.

Los expertos dicen que preferimos guardar ahí los recuerdos más bellos y positivos, los mejores momentos de la vida.
SIn embargo, no faltan algunos cajones donde guardamos los días amargos…esos días aciagos que nos parecieron eternos. Los días de las grandes pérdidas, de las tragedias.
Casi todos procuramos no ser masoquistas y por ello, preferimos guardar lo positivo y arrumbar en el baúl del olvido todo aquello que nos fue desagradable.

Pues bien, el día que nunca termina lo atesoramos con deleite. Lo sacamos de vez en cuando y lo volvemos a sentir emocionados. Para unos fue cuando se enamoraron, para otros cuando tuvieron a cada uno de sus hijos…o cuando les avisaron que tendrían una criatura. Hay más modernos que atesoran el día en que llegó a casa su mascota favorita y los pragmáticos cuando obtuvieron su primer empleo.
No faltan aquellos que recuerdan la aventura amorosa llena de incidentes y ampliamente placentera. ¡Ah! Los viajes…sí, olvidaba que a muchos nos marcan ciertos viajes.
En esencia, puedes tener muchos días que no terminan. Clasificados por temas o por grado de emociones.

Lo que sí es un hecho irrefutable es que en la vida, contra reloj, contra todo sentido común, siempre tendrás eso…sí, eso: un día que nunca termina.

La casa sin número

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Algo que me llama mucho la atención sobre quienes escriben cuentos es que a pesar de la gran evolución de las tecnologías, aún no llegan a dominar las virtudes de los sistemas interactivos. El narrador cuenta lo que quiere y el lector pasivamente lo lee. Existe una impotencia sutil en el lector porque no puede transformar la historia, simplemente someterse a ella. Cuando el escritor es talentoso, logra atrapar al lector y entregarle un final inesperado. Cuando la pericia del escritor no es la adecuada, simplemente el lector va adivinando el desenlace y se queda al final sin pena ni gloria.

Pensando en todo ello, decidí escribir esto y compartírselo a quien me está leyendo. No pienso ser tan cruel de entregarle un desenlace inesperado y mucho menos uno previsible.

Le cuento: Bajando por la avenida Constituyentes de la Ciudad de México, se encuentran alineadas muchas propiedades, unas son casas y otros edificios, ya sea de departamentos u oficinas. A lo largo de la avenida también hay una que otra tienda de misceláneos, hotel, universidad, vulcanizadora y hasta gasolinera.

Todas las propiedades dan frente al ancestral Bosque de Chapultepec. Si uno recorre por la acera un par de cuadras y observa con detenimiento, entre las construcciones de pronto va a encontrar una propiedad cuya fachada solo tiene una puerta, es decir, el ancho del predio es igual al de una hoja de una puerta común y corriente. Parecería como un emparedado donde el jamón es la puerta y las dos propiedades vecinas se engulleron materialmente a la propiedad que está en medio. Es tan estrecho el acceso que se antoja de pronto imaginarnos cómo será la casa por dentro. ¿Acaso se abre como abanico en su interior permitiendo hacerla habitable? ¿De cuántos niveles será la casa? ¿Tendrá patio o jardín? ¿Y si sigue estrechándose la propiedad, de qué utilidad podría ser este predio?

Uno podría imaginar que quizás la casa es la entrada a una dimensión desconocida, para ir con lo más moderno de la teoría cuántica. Así que uno cruza el umbral y entra automáticamente a una cuarta u hasta onceava dimensión como afirman los teóricos. Ya los Mayas hablaron de hasta trece dimensiones, así que todo puede ser posible con solo tocar para esperar a que le abran a uno o simplemente armarse de valor y abrir el postigo.

Lo interesante de todo esto, además de lo extraño del tipo de propiedad que les relato, es que literalmente no hay espacio para que la casa tuviera al costado de la puerta adosado el número oficial. Así que la casa está sin número.

¿A que viene todo esto? A que invito al amable lector a que practique un ejercicio “interactivo” y acepte no tener el desenlace de esta historia digerido. En pocas palabras, imagine ud. qué hay y cómo es la casa sin número. Así, yo me quedo muy tanquilo de no haberlo atrapado perversamente con un cuento mío, el final es suyo.

 

 

Juan Okie   02 2016

Técnica amorosa

TECNICA AMOROSA PARA CELEBRAR EL DIA DE SAN VALENTIN:

1. Haga una lista de todos los amores que tenga guardados en el viejo baúl empolvado.
2. Sáquelos a orearse donde de luz, sol y aire fresco.
3. Busque en su mente el amor que tiene aquí y ahora (si no encuentra alguno, no se preocupe sustitúyalo con algún familiar o amigo cercano, de esos que nunca dicen NO cuando se necesita acompañamiento)
4. Compare los vetustos amoríos perdidos, ya alineados en la claridad del sol contra el amor más reciente y cercano. Si entre todo aquello apolillado hay algo rescatable, piense bien si le puede mandar un mensaje escrito, hablado o por medio digital y no le diga nada del pasado, solo dígale que le vive eternamente agradecido y que HOY le pensó.
5. Si ninguno de lo archivado vale la pena, aprecie con mayor rigor el amor actual o al que anda ud. «provocando» para que le amen. Recuerde, nunca dejamos de ser animales por más que nos digamos intelectuales y con un ligero movimiento de cola, se invita al objeto de deseo para que se aparee.
6. Si lo suyo, suyo no es el apareamiento. No se preocupe, el amor dura más que el sexo, aún cuando algunos ilusos anden comprando pastillitas para contradecir lo que la sabia naturaleza dispuso.
6. ¡Ah! No olvide guardar todos los viejos amores en el baúl de los recuerdos. Uno nunca sabe cuando retoñan las ramas que aparecen secas. No vaya ser la de malas y retoñen en otro lugar que no sea el suyo.

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El Beso fugado

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Había sido una triste vida de infortunios. Resignado por la comodidad que le daba la fidelidad, el beso había optado por la rutina de la monogamia.
Escasamente afloraba con un «buenos días» y terminaba con un «buenas noches, que descanses».
Un día ya no pudo más. Se armó de valor y se escapó de su propia oscuridad.
Deambuló sin destino fijo prodigando sorpresas, pasiones y encendidos arrebatos.
Todos los días fueron diferentes. Gozaba de una exquisita sensualidad y sin arrepentimiento alguno aceptó su nueva condición de promiscua infidelidad asumiéndose simplemente como un «beso fugado».

La nube pasajera

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Regordeta, como orgullosa heredera de la familia Stratus Cumulus, la nube se regocijaba deslizándose con el viento sobre el azul celeste.
«Soy la más hermosa del firmamento» alardeaba la ingenua blanca nube.

Su gozo le duró bien poco.
Una tormenta tropical en formación arrebató a cuanta nube se encontrara alrededor y consumió la fugaz vida de la nube pasajera.

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Eres nube pasajera

de mis pasiones huiste

dejaste neblina en mi alma

para solo acariciar el recuerdo.

Los zapatitos viejos

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Ya ladraban por la punta de tan gastados que estaban mis zapatitos viejos.
Un hoyo en la suela amenazaba convertirse en cráter y el tacón sonaba metálicamente  porque la cabeza de los clavos se asomaban.
¡Y eso sin contar que el contriorte posterior ya se veía floreciendo al mostrar sus cueros internos!

Pero, ¿Cuánto había caminado mis días y mis noches con ellos?
¡Cuánta vida me había acompañado en silencio!
¿De cuántos tropezones me había protegido?
¡Y cuánto los había disfrutado bailando, zapateando, corriendo y saltando los charcos de agua!

Todavía recuerdo su olorcito de recién boleados. Megustaba ver cómo con una escobetilla el bolero le daba su champú de vitalidad renovada.

Ya dispuesto a depositarlos en el bote de la basura me arrepentí y preferí arrumbarlos al fondo del closet. Seguramente se cubrirán de polvo. A lo mejor alguien los encuentre y me califique de avaro o sucio.

Sin embargo, decidí guardarlos porque en el fondo todos podemos ser considerados por otros como si fuésemos «zapatitos viejos».

Juan Okie

Cicatrices

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Trémula tierra despertó ansiosa de orgasmo;

hizo memorable su deseo un triste septiembre.

Abandonadas sus entrañas de ígneo semen

bastó sacudir su capa tectónica

para sembrar de escombros y muerte

la gris superficie del valle ultrajado.

 

Columnas de negro y etéreo tizne,

fétido olor de gas,

polvo de escombros, llantos, gritos

Después de sepultados vivos.

¡ Silencio !

Que campea la muerte.

Sobrevivientes en aturdido ambulantaje,

sin rumbo ni destino,

sombras en desolada superficie

donde la Catrina se enseñorea.

Como orgasmo: muerte chiquita.

Espigas de acero y concreto:

Desgarradas.

En fugaces instantes convertida en desolado camposanto.

Lo que ayer fuera bulliciosa esperanza,

hoy es sepulcro de incontables almas.

Aúllan las rojas cruces,

voluntario ánimo de civiles agotados.

Atónitos, se ocultan los cobardes de olivo

mientras el de la silla,

se retuerce entre sus heces.

 

La ciudad renace con frescas cicatrices;

fosa común sedienta de cadáveres,

Devora.

Sueños aplanados en eterna sepultura

ocultos ante infatigables topos que pretenden encontrarlos.

¡Ay mis hijos!

Lo que fuera leyenda, desde temprana hora,

ya es lamento.

 

La sibelina ardiente –en réplicas—

descarga su furor uterino.

En el hormiguero aturdido

no hallan ni calma ni reposo.

 

Corifeos cantan al emperador “México está de pie”

La realidad es diferente, como siempre, es otra.

Habrán de venir días de abigarrados estadios.

Pueblo y aficionados en loas le cantan:

¡Culeeeeeero, culeeeeero!

 

Ciudad de añicos, cambia de piel,

Viperina sobrevive a su propia historia.

Cargada de cicatrices,

Se retuerce en constante agonía.

 

Desafiante, reta a tlatoanis y virreyes

Se acabó la obediencia callada.

Sin rumbo ni destino,

desgarradas sus vestiduras,

la ciudad mutilada sigue viva

presa de sus propios miedos

en vigilia de zozobras inesperadas.

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Fotos: Fabrizio León Diez. La Jornada.

Poema publicado en: https://filopalabra.wordpress.com/2015/09/14/cicatrices/

 

Las redes todo lo encuentran…

Contrario a lo que deberían de hacer las redes de «enredar» las cosas, las redes sociales han dado una increíble posibilidad de encontrar lo que uno busca. Amistades lejanas, amores perdidos, compañeros de escuela, objetos perdidos. En pasadas semanas coloqué en mi blog el lamentoo de haber perdido la novela de Elena Quiroga: TRISTURA. Mi blog desde que lo construyeron tiene la disponibilidad de publlicar simultáneamente en «Facebook» así que mi lamento llegó a las redes sociales. Después de varias semanas, el amigo que se había llevado mi prestado mi libro, me contactó todo apenado y me ha hecho devolución de Tristura.

Les comparto mi alegría más que por el retorno del libro, por la mágica experiencia que todos los seres humanos ahora tenemos con estas valiosas herramientas fdigitales. Mucho bien harán las redes al encontrar todo sentimiento extraviado o perdido.

Gracias549

Un grano de maíz

Una historia que siempre me ha fascinado es la biografía del maíz. En la escuela le llamaban monografía, pero en realidad la  vida del maíz es como si fuera la de una persona o personaje que ha estado presente en la vida no solo de los mexicanos sino de gran parte del mundo. Su nacimiento fue admirable ya que es una de las primeras y más importantes plantas que fueron «domesticadas» por parte de los pobladores mesoamericanos asentados en Tehuacán, Puebla. De una hierba gramínea, similar al «zacate» lo fueron cultivando hasta llegar a ser el principal alimento de todas las civilizaciones que habitaron américa antes de la llegadad de los españoles. Se fueron creando diversas variedades y aplicaciones culinarias que conocemos en México, desde la masa de niztamal, las tortillas, tlayudas hasta el elote y las quesadillas que incorporaron los lácteos y otros ingredientes traidos con la conquista.

SANCRISTOBALDELASCASAS21OCTUBRE2014.-El precio del maiz  ha bajado 42% en los últimos años, por lo que la situación para los cuatro millones de productores de granos se torna cada vez más difícil. El Consejo Nacional Agropecuario (CNA) advirtió de los riesgos de perder fuentes laborales y cierre de empresas ante la caída de los  precios de los granos a nivel mundial y nacional. FOTO: ELIZABETH RUIZ /CUARTOSCURO.COM
FOTO: ELIZABETH RUIZ /CUARTOSCURO.COM

Por siglos alimentaron a millones de generaciones. En la década reciente, la perversidad comercial de unas agroindustrias desarrollaron el maíz transgénico, lo patentaron y han estado introduciéndolo «a la mala» en  varias partes de américa y en especial en México. Las corruptas administraciones del «gobierno mexicano» han facilitado la siempra y hasta la regulación de este dañino experimento que afecta la flora, la fauna y la subsistencia de esta especie orinda de México. Normalmente en estas páginas procuro no tratar temas políticos para no contaminar la aventura de pensar. Sin embargo, en esta ocasión apelo a mis nobles lectores que se unan, con un «granito» de buena voluntad, para promover en sus foros, entornos, familias o pláticas, la importancia de defender el maíz original sembrado naturalmente y combatir el maíz transgénico.

Un grano de maíz que sembremos cada uno en la mente de otros, habrá de florecer y cosechar abundante conciencia de preservar a nuestro planeta, nuestras tradiciones y no escribir el epitafio de una nutritiva y bella vida como es la del maíz mexicano.

Fuente Internetda FOTO: ELIZABETH RUIZ /CUARTOSCURO.COM
Fuente Internetda
FOTO: ELIZABETH RUIZ /CUARTOSCURO.COM

Pensar… un viaje maravilloso