Lágrimas

Para un proyecto de publicidad tuve la oportunidad de investigar un poco sobre la historia del perfume, que por cierto es fascinante, y que me permitió conocer también un poco sobre el ser humano.

Desde los tiempos más remotos de la historia del hombre, las sustancias aromáticas han fascinado. Desde los chinos, egipcios, romanos hasta las civilizaciones mesoamericanas como los Mexicas o Mayas, el perfume está presente. Hubo una edad oscura donde se prohibió el uso del perfume. Un periodo de más de 400 años donde era pecado impregnarse de un bálsamo aromático y por la simple sospecha eran las personas acusadas de brujería. Fue en la Edad Media que entre sus víctimas por la peste bubónica y la falta de higiene se llevó a la tumba a un Rey que se negó toda su existencia a bañarse porque era de seres impuros y pecadores el bañar al cuerpo. Otras personas se bañaban con una tela o fondo para no verse “sus partes nobles”.

Existen sustancias muy refinadas y difíciles de conseguir que –en una adecuaada mezcla de notas—, conforman una creación de la perfumería. De todas las presentaciones que ofrece la perfumería son los llamados extractos lo que verdaderamente y técnicamente son perfumes. El extracto o ·parfum de parfums” es lo más excelso y una gota como lágrima sirve para crear un agradable sensación que permanee por más tiempo en el cuerpo. Así la cabeza, el cuerpo y la estela o memoria del perfume tienen una mayor fijación y deja los más gratos recuerdos.

Pero para mí también existe un perfume del alma.
Siempre he pensado que las lágrimas sinceras son un extracto puro de los sentimientos. No me refiero a lacrimosa forma de chantajear de ciertas personas que a la mínima provocación estallan en un llanto inundando su rostro de lágrimas para lograr un objetivo mal intencionado.

Las lágrimas que brotan del sentimiento real, de una amorosa expresión de la emoción es una forma maravillosa de manifestar lo que duele, emociona, estimula y manifiesta nuestro íntimo sentir.

Las lágrimas pueden ser expresión de felicidad, de haber logrado una meta, de haber compartirdo la risa con el grupo de amigos o familiares, de sentirnos enternecidos al escuchar una melodía, al leer una poesía o texto, o ver una escena en el teatro o en el cine.

Normalmente a las lágrimas de la felicidad no les damos el mismo valor que a las lágrimas del dolor. Dolor físico o moral, la pérdida de un ser querido, el recuerdo de una etapa de la vida ya consumada, el dolor de ver la agonía o la enfermedad de nuestros seres más amados.

La lágrima que derramamos ante el rompimiento emocional de una relación e inclusive las lágrimas que se vierten ante la desaparición o la ausencia de alguien como es en el caso de las prácticas criminales que escuchamos desde que el hombre es hombre y que en este mundo se practican como los secuestros, crímenes, torturas por motivos políticos o bélicos, etc.

Una lágrima pura, noble y sincera es un extracto que muestra la bondad del ser que la derrama. Es la manifestación de que sentimos, amamos, recordamos, deseamos, etc.

Es la más bella forma de mostrar nuestra ternura y es el “perfume” que sólo cuando se produce en sincera armonía con el sentimiento interno le podems asociar con nuestra gran capacidad de amar.