HugoAvendaño: el emprendedor que rompió las reglas.

Hugo…el emprendedor que rompió las reglas.
 
Eran los años en que en la Universidad Iberoamericana se me había comisionado para ayudar a que los egresados elaboraran sus tesis para poder concluir sus respectivas licenciaturas en comunicación. Entre más de 90 alumnos que atendí, cuyas edades variaban tanto pues había algunos de mi misma edad e inclusive tenía personas de 60 años. Mi labor era organizarlos y servir como guía.
 
Un día llegó Hugo Ricardo Avendaño Garza. Joven, inquieto, hijo del cantante más destacado en la década de los 40-50´s y de Graciela Garza, actríz. La empatía se dio rápidamente ya que el Sr. Avendaño había formado parte del elenco que Juanita Guerra Rangel (mi socia) había incorporado a la célebre “Revista Musical Nescafé”.
 
Hugo era uno de sus hijos y tuve el privilegio no solo de dirigirle su tésis, sino de tenerlo como cliente nuestro en la agencia cuando llevó a la cúspide a Kodak. Compartimos muchos momentos profesionales inolvidables y fue el creador del patrocinio a la Selección Mexicana de Futbol durante el mundial Mexico 86.
 
Íbamos los sábados a caminar en el bosque y hacíamos nuestros “brain stormings”. Fue cuando le dije que aunque fuese un exitoso ejecutivo de una corporación global debía ir preparando su paracaídas.
 
“¡Uno ninca sabe cuando te darán la patada!” Ahí nació la idea de crear sus primeras empresas y fue acertado. Después ya como emprendedor, nos fuimos a Nueva York para aprender sobre los innovadores infomerciales. Regresamos a México y con su extraordinaria hablidad para hacer negocios, rompió las reglas y se fue a comprar los tiempos muertos de las televisoras. Así nació Telecasa. Nuestra agencia le elaboraba los videos y él importaba, distribuía, innovaba. Sus negocios siempre crecían con una asertividad extraordinaria.
 
Un buen día me informó que vendía la empresa de telemarketing y que compraría las franquicias de M`cDonalds en Baja California Sur. “Quemó sus naves” en la ciudad de México y se instaló en Los Cabos. Iba y venía. Siempre me contactaba y siempre terminánbamos construyendo ideas. Prosperaron sus seis tiendas de hamburguesas y apasionado como era, siempre iba a las juntas de franquiciattarios con nuevas propuestas. Empezó a chocar contra el muro despótico de los administradores de la franquicia maestra. En México, unos emigrados argentinos.
Para acabarlla de amolar, llegó el huracán devastador. Dejó en ruinas sus negocios. Las aseguradoras contratadas por el corporativo se rehusaban pagarle. Emprendió una feroz batalla hasta que logró recuperar parte de sus inversiones. En esos tiempos se sentó en mi sala de juntas y como yo acababa de terminar mi maestría en literatura y creación literaria, lo animé a escribir su primer libro.
–No sé escribir libros–, me dijo muy serio.
Le respondí que ya había hecho su tesis y que yo lo ayudaría. Se compró una grabadora digital y empezó a narrar su libro. Dunia Rodríguez, hizo la corrección de estilo y en un abrir y cerar de ojos tenía impreso “A romper las Reglas”, un ttestimonio vivencial de consejos para emprendedores.
Luego se lanzó a dar conferencias en universidades y con grupos de emprendedores.
 
Hace un par de meses nos reunimos con frecuencia para planear sus próximas empresas. Pero llegó en una ocasión un poco desencajado del rostro y me informó del tumor que se le había detectado. Se mostraba entusiasta y dispuesto de emprender la batalla. Volvería a romper las reglas. Su esposa, la Dra. Leticia Calderón le acompañó en la batalla final y hoy me manda el mesaje de que Hugo ya trascendió.
Leer su libro es recorrer la aventura de Hugo por el fugaz camino de la vida, siempre desafiando, innovando y reinventándose.