El abandono

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Abandonar es el acto de dejar. Es perder el interés en algo. Dejar de usar o perder el interés por un objeto o una persona.

Hay sitios públicos y edificios que son abandonadas por las autoridades de gobierno o de los mismos ciudadanos. Parques desolados, llenos de basura, descuidadas las plantas, nidos de suciedad.

Hay casas o propiedades que se abandonan. Son presas de grafitti y destrozos, inundándose de basura.

Pero lo más grave es el abandono a los seres vivos.

Generalmente cuando tratamos a las personas como objetos y no como sujetos, tarde o temprano terminamos por abandonarlas.

Así vemos que los amantes se abandonan cuando lo único que les unía era el apetito erótico o sexual. Los matrimonios se abandonan en determinado momento cuando se pierde el sentimiento afectivo, el amor o el cariño.

A los ancianos es frecuente verlos abandonados porque resultan ser ya una carga para sus familiares jóvenes. Se olvidan de ellos. Se abandonan a los amigos, las propiedades, las mascotas son frecuentemente abandonadas.

Un parque –como el Bosque de Chapultepec—, semana a semana, registra abandonos de bebés, de cachorros, de gatos. Se dan casos de ancianos con Alzheimer o demencia senil que son abandonados por sus parientes, en parques y jardines públicos o frente a los asilos de ancianos.

Existe también el abandono a sí mismo. Son personas que descuidan su cuerpo, se convierten en seres desaliñados, los vemos con exceso de peso o con anorexia. Personas que se deprimen y pierden el interés en sí mismas. Se abandonan.

Hay etapas de nuestras vidas en que nos deprimimos, perdemos el interés por lo que hacemos o por nuestra persona y nos abandonamos.

Es fundamental que para reducir y de ser posible, eliminar la costumbre de abandonar o abandonarnos, cultivemos el hábito de ver a los seres como sujetos y trabajar creativamente en encontrar todos los aspectos positivos y bellos que esos seres, sujetos nos aportan. Así avivamos el cariño, la pasión y el interés por convivir.

También veamos a los objetos de uso, nuestros espacios (casa,recámara, auto, propiedades) como “sujetos de nuestro interés” e imprimámosles con cariño su mantenimiento, aseo y renovación. Así iremos erradicando la malsana costumbre del abandono.