Cumbia llegó para alegrar a la pandilla.

Cumbia

               Tango y Mambo son dos perritos muy consentidos y bastante rijosos. Parecen un par de adolescentes buscapleitos.

Pareciera que tienen telepatía y uno se comunica con el otro sin necesidad de gruñir, ladrar o emitir cualquier sonido.

Me visitan frecuentemente y dependiendo en el estado de ánimo en que se encuentren, o me mueven el rabo o me advierten que no me acerque a su amo.

Yo había decidido no volver a tener otro perro después de la muerte de Blue hace ya casi dos años. Sin embarg, una perrita mestiza llegó espantad, aún con su correa roja, alpatio de la Universidad del Valle de México en Constituyentes, junto al Bosque de Chapultepec. El vigilante se disponía a sacarla a escobazos del edificio. Ante el inminente riesgo de morir atropellada, Arturo la rescató y esperó por varia horas para ver si aparecía su dueño. Ante la indefensión del pobre animal la llevó conmigo.

Mambo

Tango

Tango y Mambo no podrían aceptar a la   intrusa tan fácilmente, por lo que accedí a cobijarla unos cuantos días.

 

 

 

Le tomé sus fotos e imprimí un medio centenar de avisos para colocrlos en el área circundante a donde había sido hallada. Por un lado, el mensajero encargado de colocar los avisos los pegaba en postes, cabinas telefónica, estéticas caninas y tendajones, por el otro, Arturo iba despegando los avisos. Pasaron los días y la perrita callejera, la extraviada, la sin-dueño, me fue ganando el corazón.

Se reúne diariamente con Tango y Mambo formando una alegre pandilla. Tango le hace ver de vez en cuando quién es el que manda en dicha manada. Mambo corre con ella como gacela desenfrenada. Juegan a los encantados persiguiéndose entre ellos.

DSC_0395 A la sin-dueño le puse por nombre CUMBIA para que mantuviera la tendencia musical de los nombres. Aprendió rápidamente su nombre.

Es sumamente cariñosa y limpia. Hace sus necesidades sobre un periódico sin que necesitara entrenamiento. Es tan ágil que en un abrir y cerrr de ojos, se sienta arriba de mis piernas.

Cuando alguien me preguntó sobre la raza de Cumbia, le respondí: «Es de la misma raza que yo y que tú…¡Mestiza!»

Muchas personas discriminan a los perros qe no son de raza pura. Lo hacen porque en el fondo ellos mismos se sienten que la vida les negó un pedigree. Yo en cambio me ufano de decir a todo el mundo, que la mejor raza es como la mía: Fruto del amor y de la sana promiscuidad.