El día que el silencio habla

Una vez al año nos damos cita para recibir a los que se fueron a la otra dimensión cuántica.
Cruzaron el umbral de lo tangible pero no nos abandonaron.
Simplemente se cansaron de estar envueltos en el corpóreo disfraz que nos oculta la luz de nuestra alma.
 
El naranja de las flores de cempaxóchitl sustituyen al polvo naranja que era el cinabrio con el que los Mayas cubrían los cuerpos para que iniciaran su viaje hacia xilalbá o inframundo acompañados de las tortugas cuya carapazón servía de navío para bajar a las profundidades del cenote o del mar.
Xilalbá es esa dimensión etérea también conocida por los Mexicas como el mictlán, coincidentalmente era un viaje guiado por los fieles xoloitzcuintli para cruzar el caudaloso río que separa a los vivos de los muertos. O bien el Caronte que era el remero o guía mítico de los griegos, el barquero del Hades, el encargado de guiar las errantes sombras de los difuntos que también coincidía con el navegar por un río (Aqueronte).
Así como en las tumbas mayas encontramos tesoros y utensilios para el viaje del más allá, los griegos coinciden con el óbolo o moneda que debían colocar debajo de la lengua y así pagar por el viaje. Los egipcios en sus tumbas ponían inclusive carruajes para el traslado al otro plano. Los chinos contaban de igual manera con un séquito de figuras de terracota que escoltaban al recién fallecido en su triunfal periplo.
 
Un día al año coincidimos en las fiestas de los santos difuntos. En México lo celebramos con derroche de alimentos en ofrenda, cirios que iluminan y aromas que deleitan al olfato. Escanciamos las bebidas favoritas de quienes se nos fueron para estar más cerca de nosotros.
Es este el día en que los que guardan silencio nos hablan al corazón.Ya no escuchábamos sus palabras pero las sentíamos como dulces caricias en nuestras almas.
 
Hoy 2 de noviembre es el día en que nuestros corazones callan.
Se detienen por instantes.
Dejan de latir para permitirnos escuchar la ausencia de quienes en este plano nos dejaron huella, nos dieron amor y caricias para nuestras almas.
 
¡Sshh! No hagan ruido. Escuchen:
Hoy es el día que el silencio habla.