El lenguaje secreto de las plantas

Hace muchos años cayó en mis manos un libroen inglés que hablaba sobre la comunicación secreta de las plantas.

Ha pasado mucho tiempo desde entonces para que yo reflexionará sobre el lenguaje secreto que nos transmiten estos seres vivos que nos acompañan en el hermoso camino que es la vida.

Las flores se obsequian de múltiples formas desde tiempos inmemoriales. Flores y plantas nos transmiten emociones. Sean para expresar amor  o rendir homenaje como fueron las coronas de laurel a héroes y campeones o la infaltable rosa para decir: ‘»te amo «.

Ponemos flores en las tumbas o flores en las bodas.

La paz que nos brinda el caminar por un bosque es infinita como la emoción de penetrar por una selva.Más cotidiana es la pausa que hacemos para pasear al perro en el parque o jardín.

El pasto  donde corren alegremente los niños o la cancha de fútbol donde se vuelcan las pasiones transmite vitalidad una extraña energía.

Un día, la asistente de mi socia y mentora Juanita Guerra+ me regaló unas violetas que les decían “africanas” y las coloque en mi oficina.Contrario a lo que en casa de Juanita, las mías dejaron de florecer. Le consulté a la asistente qué debía hacer, si debía cambiarlas de lugar o fertilizarlas. Me respondió: «Platíqueles,  dígales que las quiere, que le importan». Debo confesar que me sentí un poco tonto pero al ver que por muchos cuidados que les diera no florecían, empecé a saludarlas y decirles que eran hermosas. No tardaron en florecer. Fue tanta la emoción que empecé a comprar toda la gama de colores de la misma especie.

Cuando tuve que deshacerme de ellas se las regalé a personas que sabía que las iban a cuidar.

Por indicaciones médicas mi madre tuvo que vivir en Guadalajara y diariamente iba al bosque de Colomos para su caminata. Se empezó a indignar cuando en toda la ciudad empezaron a talar árboles y a perder la belleza natural que tenían sus calles y avenidas.

Mi padre conoció a un «chamán» en un pueblito cercano a Cuautla, Morelos. Le enseñó los poderes curativos de algunas plantas pero especialmente le inculcó el ritual de pedirles permiso para cortar un esqueje, rama o flor. Después se enojaba con los jardineros que maltrataban a las plantas podándolas sin piedad.

Las culturas prehispánicas tuvieron amplios conocimientos de herbolaria y que aún siguen vigentes. Pero no solo en mesoamérica sino que en el mundo entero hay muchas plantas que han aportado valiosos elementos curativos para la industria farmacéutica.

Son celebres también ciertas plantas por ser venenosas y mortales. El bien y el mal se hermanan en la flora.

Las flores de Nochebuena transmiten el ambiente festivo de la temporada navideña junto con el muérdago y los pinos. Son un infaltable elemento de dichas celebraciones. Sin embargo, es una pena ver como se desechan después de las fiestas abandonándolos en las aceras o botes de basura. En el caso de los pinos son virtualmente sacrificados y en ocasiones quemados siendo un ritual de pésimo comportamiento ambiental.

Quizás eso explique la conveniencia del «cempazuchil» o flor de los muertos que es de temporada y muere al finalizar los rituales de noviembre en México. Se va con el otoño.

 

Otras de las flores de extremada belleza son las Dalias que también son perecederas. Florecen en julio para abandonarnos en agosto. Las bellas orquídeas son muy difíciles de cultivar. Un día nos detuvimos a comer en Córdoba, Veracruz.  Al salir del restaurante, en una esquina había una humilde viejita que vendía varias plantas en botecitos de hojalata. En uno de ellos vi que había una escuálida planta de orquídea sin flor. Se la compré para ayudar a la anciana pero no le veía posibilidades de subsistir. La puse en una maceta amplia al pie del pórtico. La cuidé con esmero. De pronto empezó a crecer en follaje y dio un tallo plagado de flores de color amarillo muy tenue.

Esa orquídea lleva ya muchos años regalándonos hermosas flores. Se ha multiplicado de forma asombrosa y puntualmente en los primeros meses de cada año florece. Sus tallos con flor duran tres meses y con el cambio climático este año se adelantó un mes.

El lenguaje secreto de las plantas es algo muy íntimo que cada uno de nosotros debe aprender a percibir e interpretar. No necesitamos ser biólogos ni ser brujos para poder despertar la sensibilidad de apreciar el callado mensaje que todos los días, sobre todo el planeta, estos maravillosos seres nos comunican con su lenguaje secreto. Nos informan, nos invitan al amor o nos dan de gritos desesperados cuando les hace falta agua, se les lastima o se les destroza, incendian o devasta.

Las plantas forman parte de nuestras vidas y nos acompañan, incluso nos abrigan con su madera en el ataúd o la urna al final del viaje.

¿Y que creen? Hasta en esos momentos, alguien nos pondrá una flor para despedirnos.