¿Porqué la calvicie no tiene cura?

Cuando a determinada edad empiezas a sentir que el cabello empieza a escasear, si eres hombre, un sutil pánico te invade. En caso de ser mujer, la tragedia es de dimensiones insospechadas. Al percibir el advenimiento de la calvicie uno empieza a buscar cuanto remedio exista en la tierra y cuanto especialista pueda uno encontrar dentro –claro está—de las posibilidades económicas de uno.  Afortunadamente para los hombres resulta un bálsamo el argumento de que: “Los hombres calvos son así porque tienen altos grados de testosterona, es decir: son muy masculinos” . Dicho lo anterior les invade una calma similar a la paz de los sepulcros.

Toda esta discusión sobre la calvicie y a pesar de la evolución de la ciencia médica podemos concluir que la calva –hasta el día de hoy— no tiene remedio. Por eso, desde tiempos muy antiguos se acuñó la famosa frase: “A la ocasión la pintan calva”.

Esta célebre frase se origina por la idea que tenían los Griegos de que hay que estar muy atentos para aprovechar una oportunidad cuando se nos presente. Ocasión era una diosa que se le ubicaba como hija de Zeus. Posteriormente los romanos la retomarían. A la diosa Ocasión se le representaba en estatuas con unas pequeñas alas en el talón de los pies y cuyo simbolismo se relacionaba a que cuando se nos presente una oportunidad si no la aprovechamos, Ocasión sin esperarse a que la aproveches, se escapa levantando el vuelo.

 

 

 

 

 

 

También la colocaban de pie sobre una rueda y que significaba que estamos expuestos a los cambiantes traspiés del azar. La parte más representativa de la Diosa Ocasión era el profuso mechón de cabello que tenía enmarcándole la cara a la vez que su cabeza por la parte de atrás estaba calva desde la coronilla hasta la nuca.

¿Por qué?

 

 

 

Porque cuando la ocasión se presenta debes agarrarla inmediatamente de los cabellos que le quedan porque si pretendes sujetarla de la calva, se te escapa. La tradición popular entonces acuñó la famosa frase de “A la ocasión la pintan calva”.

Y cuando tu cabellera luce completa y hermosa debes disfrutarla lo más posible porque no vaya ser que se te escape la oportunidad y un buen día descubras que estás calvo y no tienes cura o remedio. Disfruta el aquí y el ahora, hoy tienes la oportunidad de vivir y gozar, mañana… mañana quizás a la ocasión la pinten: ¡calva!